El título es demasiado provocador, ¿verdad? Es posible que muchos puedan leer con malestar este mensaje de Esperanza. Y es que nos resulta difícil creer que tantos años en la iglesia, tantos cargos y honores recibidos en la iglesia, no son tomados en cuenta al leer este título. Pero no es descabellado. Isaías dijo eso mismo, que no todos los israelitas serían salvos.
Cuando Jesús les dijo a los israelitas que habían creído en Él, que necesitaban ser libres, se ofendieron porque consideraban un insulto lo que Jesús les había dicho. El orgullo nacionalista era muy grande. Y hasta hoy, el pueblo de Dios es orgulloso. Un hermano de iglesia me decía hace algunos días: “realmente ser adventista es otro nivel. Tenemos una iglesia muy organizada y todo un sistema que definitivamente se lleva de encuentro a tantas otras denominaciones”. No sé si exageraba un poco, pero estaba muy orgulloso de ser adventista, y eso era interesante. Yo le dije: “así es, pero imagínate que con todo eso, muchos adventistas no serán salvos”. Se quedó pensando y finalmente dijo: “habría que estar muy loco para perderse”.
El pueblo de Israel era el pueblo escogido de Dios en el AT. Tenían muchos privilegios, grandes bendiciones como tal, y sin embargo, su actitud rebelde, terca y sobre todo desobediente entristecía al apóstol Pablo, motivo por el cual escribiría: “ Isaías también exclama en cuanto a Israel: Aunque el número de los hijos de Israel sea como la arena del mar, solo el remanente será salvo” (Romanos 9:27).
Así fue desde el principio. De Egipto salieron 603 550 israelitas mayores de veinte años (hombres de guerra) y solo 02 entraron a la tierra prometida. Los demás “quedaron tendidos (murieron) en el desierto porque Dios no se agradó de ellos” (1 Corintios 10:5). Y así será en el fin de los tiempos. Claramente no todos los que profesan ser el pueblo de Dios serán salvos. En necesario recordar que todos aquellos que menosprecian el mensaje de Dios, el evangelio eterno, serán juzgados por Dios para perdición. En cambio, aquellos que valoran y aceptan, viven en obediencia a los mandatos divinos, serán salvos de la destrucción final. Y puede que como el pueblo de Israel hoy tengamos escritos nuestros nombres en el libre de membresía de la iglesia, o en el sistema de secretaría, y sin embargo, estemos fuera del libro de la vida. ¿Y por qué sería esto? Simplemente por nuestra actitud de creer que por el mero hecho de ser adventistas ya somos salvos, o por el simple hecho de asistir al templo los sábados ya tenemos el boleto de entrada para el cielo. No. Solo un remanente será salvo.
Hoy es un nuevo día. ¿Cómo consideras a los mensajes de Dios? ¿Los consideras como mandatos o como recomendaciones opcionales? Hoy tenemos a la Biblia como mensajes directos de Dios para nosotros. No sirve de mucho si la Biblia es para ti un conjunto de consejos sugerentes y opcionales. Es necesario aceptarlos como nuestra única regla de autoridad y fe. ¿Qué te parece? En este punto radica los que son y no son parte del pueblo de Dios.
¡Feliz día!
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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