Los cristianos sinceros oran por el bautismo del Espíritu Santo en sus vidas. Todos los lectores de la Biblia entienden que necesitamos ser investidos por el Espíritu Santo. Sin embargo, la Biblia dice que somos “templos del Espíritu Santo”, nuestro “cuerpo es templo del Espíritu Santo”. Esto indica que le pertenecemos a Dios, y es un privilegio y que necesitamos estar preparados para que podamos ser “receptores del Espíritu Santo”.
Es por el Espíritu Santo y su ayuda que tú y yo seguimos en la fe que un día abrazamos en Jesús. Y esta lucha es una lucha diaria. Cuando uno entrega todos los días su vida al Espíritu Santo para que el Espíritu Santo habite en nosotros, todo cambia al rededor nuestro. No nos damos cuenta pero los demás sí notan que somos diferentes, nuestras palabras son diferentes...todo es diferente.
El verso 20 dice: “glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. Soy llamado a agradar y glorificar a Dios también en mi cuerpo. ¿Cómo hago eso? A través de los hábitos saludables. El cuerpo que tenemos es prestado. Todo lo que afecta el cuerpo afecta la mente. Si me acuesto y duermo bien, en la mañana podré comprender mejor la Biblia y la lección de escuela sabática. El cuidado de la salud es muy importante. Haz la prueba, duerme bien, descansa bien y al día siguiente lee tu Biblia. ¡Será extraordinario!
Por eso debemos cuidar la salud. Si uno no duerme o no se alimenta bien, va a tener sueño y no captará bien la voluntad de Dios. Su mente estará embotada y no estará estará apto para recibir dirección de Dios. No seremos sensibles a la voz de Dios.
Como adventistas conocemos los 08 remedios naturales: agua, alimentación, descanso, aire, luz solar, temperancia, ejercicios y confianza en el poder divino. Estos son los remedios de Dios para sus hijos. No es fácil de practicarlos, pero debemos hacerlo por nuestro bien.
En 2 Corintios 5:6-10, Pablo dice que nada se puede hacer fuera de cuerpo. Nosotros vivimos en el cuerpo. Cuando el cuerpo se termina dejamos de existir, porque necesitamos del cuerpo para vivir. Cuando vuelva Jesús nuestro cuerpo será cambiado. Seremos juzgados por lo que hicimos a través del cuerpo. El cuerpo es el instrumento para la salvación o perdición y dependerá lo que hicimos en nuestra vida. Este es un asunto serio.
En 1 Corintios 10:31, refiere que cuando como, bebo, cuando camino, cuando me voy a acostar... ¿lo hago para la gloria de Dios o para mi gloria? Cuando voy a comprar el súper Mercado ¿compro para la gloria de Dios o para mi gloria? Todo lo que hago, lo haré para la gloria de Dios cuando tengo el Espíritu Santo.
El verso 19 nos enseña que necesitamos de ayuda. ¿Cuál es la solución? El Espíritu Santo puede cambiar mis gustos, mis inclinaciones, mis preferencias, todo... Pablo dice que que estos, cuya gloria es su vergüenza solo piensan en lo terrenal. Su Dios es el vientre. Por eso hasta gastan dinero en su estómago, eso es pensar en la terrenal. El Señor transformará nuestro o cuerpo de vergüenza en un cuerpo como la de Jesús. “Seremos semejantes al cuerpo de la gloria suya”. Cuando vivimos en el espíritu nos hacemos semejantes a Cristo.
¿Qué te habló Dios durante esta lectura? ¿Qué cambios crees que debes hacer? ¿Qué cambios de hábitos crees que debes practicar? ¿Qué hábitos no puedes cambiar? Dios te dice: “Hijo, hija, yo quiero cambiar tus gustos, inclinaciones, preferencias para que puedas vivir ser la mirada de Dios, la morada de Cristo, del Espíritu Santo“.
Recuerda que serás juzgado por lo que hiciste con tu cuerpo, tu alimentación, tu vida sexual, tus preferencias... Dios puede cambiar, por eso debemos pedir a Dios ayuda. Solos no podemos.
El Espíritu Santo está dispuesto. Dios quiere bautizarte cada día, pero debemos ser aptos para ello: DEBEMOS SER “RECIPIENTES” idóneos, para que Dios, El Espíritu Santo more en nosotros.
¡Feliz día!
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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