Pablo narra en forma resumida la actitud nefasta de los israelitas del Antiguo Testamento. Los presenta como un pueblo privilegiado por ver la mano poderosa de Dios en el éxodo, en el cruce del Mar Rojo, su travesía por el desierto siendo cuidados a través del Maná y el agua de la Roca, etc. ¡Qué privilegio más grande para un pequeño pueblo del Antiguo Cercano Oriente el ser guiados por la Gloria de Dios!
Sin embargo, el apóstol Pablo les dice que no olviden que así como hoy, los corintios son pueblo de Dios, así también en el Antiguo Testamento, Dios tuvo su pueblo elegido: ISRAEL, por lo tanto deben recordar que : “todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, y todos comieron el mismo alimento espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo” (v.2-4). ¡Qué bendición! En otras palabras Pablo les dirá que NO COMENTAN LOS MISMO ERRORES DE ISRAEL: “Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto. Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros” (v.5, 6). ¡Tremendo mensaje! ¿Cómo así? Dios no se agradó de ellos, de la mayoría, por lo cual quedaron postrados (murieron) en el desierto durante la peregrinación de 40 años.
Según número 2:32, de Egipto salieron rumbo a la tierra prometida, 603 550 israelitas mayores de 20 años, es decir hombres de guerra. No obstante, solo 2 israelitas entraron a la tierra prometida: CANAÁN. La pregunta que surge de manera natural es, ¿por qué? ¿Por qué de los 603 550 israelitas que salieron de Egipto, solo 2 lograron poseer la tierra prometida? ¿Qué pasó con los 603 548? Pablo dice: NO AGRADARON A DIOS (v.5).
El texto dice claramente que los que murieron en el desierto y no entraron por consecuencia a la tierra prometida fueron los que NO AGRADARON A DIOS. ¿Qué había pasado? Simple, habían desconfiado en el poder de Dios, murmuraron contra Dios. No tuvieron fe en Dios cuando los 12 espías regresaron de investigar la tierra de Canaán y 10 de ellos dieron un informe negativo. No agradaron a Dios porque cuando Josué y Caleb dieron un informe positivo y de fe, lejos de creerles se enojaron contra ellos a tal punto de casi matarlos. Por eso, Dios dijo:
“En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí. Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun” (Números 14:29, 30). Pablo les hace recordar este episodio de la historia, esto con el objetivo de que ellos no cometan los mismos errores.
Dicen que inteligente es aprender de nuestros errores, pero es de sabios aprender de los errores de los demás. Los corintios no debían cometer los mismos pecados de Israel, por eso Pablo les dice: “Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron (1 Corintios 10:6). ¿Qué tal?
Hoy finaliza un nuevo día, o empieza uno nuevo, no lo sé. Pero al leer esta reflexión te invito a aferrarte de la Palabra de Dios y leerla para que no cometamos los mismos errores del pasado. No cometas los errores de tus padres, de tus amigos, de tus compañeros o familiares… no esperes sufrir para recién decir: “tenías razón”. No. No necesitas quemarte para saber que no debes jugar con fuego. No necesitas sufrir todavía para saber que debes caminar por sendas de paz y verdad. Hoy puedes decidir hacer la voluntad de Dios, confiar en Dios, creer… hoy puedes decidir AGRADAR A DIOS.
Que Dios te bendiga.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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