Es común escuchar declaraciones como “a los cristianos todas las cosas les debe salir bien”, insinuando de este modo que el cristiano debe ser inmune a las crisis y situaciones complicadas porque se supone que vivir en Cristo es sinónimo de una vida sin problemas. Y Romanos 8:28 es usado para defender esta postura, ¿es esto cierto? Para entender bien el mensaje del verso 28 es importante leer y entender los siguientes dos versículos:
PRIMERA PARTE: EL PROPÓSITO DE DIOS (V. 28). A los que aman a Dios, todo Él ayuda a bien. Todo, no hay cosa, no existe absolutamente nada de la cual Dios no esté al control. Sea bueno o malo, felicidad y dificultad, todo, es direccionado positivamente por Dios para que sea de bendición para el que ha sido llamado. Pero los que aman a Dios genuinamente no son gente desconocida, no, ellos son los que han sido llamados con un propósito. ¿Qué propósito? La salvación. Dios quiere que todos los seres humanos sean salvos.
SEGUNDA PARTE: LA IMAGEN DE DIOS (v. 29).
Dios, según su propósito, llama a los que desde antes conoció y predestinó para salvación. Es así, El propósito de Dios para el hombre es su salvación, para eso Dios llama, porque ya conocía, y Él que conoce todo, pues es Dios omnisapiente, predestinó a sus hijos a Salvación. ¿Y cómo se dará la salvación? reflejando la imagen de Cristo, el hermano mayor. Dios predestina al hombre para salvación, sin embargo esta indicación no es subjetiva sino objetiva. ¿Cómo alcanzará la salvación? Teniendo con la ayuda del Dios Espíritu Santo la imagen de Cristo, reflejando su carácter. Es así como en el propósito de Dios el hombre es salvo.
TERCERA PARTE: GLORIA DE DIOS (v. 30).
A los que son llamados, Dios los justificó y los glorificará. Sin duda, Dios no hace obras incompletas como piensan los deístas, sino que Dios no sólo libera del culpa para alcanzar la salvación sino que alcanzando la imagen de Cristo será glorificado en el día del Señor, esto es SALVACIÓN. Los que son glorificados por Dios serán salvos.
Se puede concluir mencionando que, tanto en la primera, segunda y tercera parte, el fin de cada pensamiento inspirado de Pablo tiene que ver con toda seguridad con la salvación del hombre. Esto se pude entender así:
1. Dios ayuda todas las cosas a bien, a los han sido llamados según su propósito: Salvación.
2. A los que conoció de antemano los predestinó a que sea imagen de Jesús: Salvación.
3. A los que llamó también justificó y de la misma manera los glorificó: Salvación.
Los tres versos tienen una misma idea, la salvación. Si se entiende este asunto se verá claramente que Pablo está convencido de un asunto: Lo que Dios predestinó o predeterminó es la salvación, y para ello muestra tres maneras, como ya vimos en cada verso.
Lo que Pablo dice en estos tres versículos es realmente muy grande. Dios quiere que yo sea salvo. Lo quiso mucho antes de que yo naciera. Lo quiere y hace que todo lo que hoy vivamos, aún lo malo que nos ocurra y hasta las personas que intervengan en nuestras vidas nos lleven a cumplir ese propósito. Alabamos a Dios porque no solo quiere que me vaya bien acá en esta tierra sino por la eternidad, salvado.
¡Feliz día!
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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