Jesús tuvo un día muy largo. Según Marcos, había alimentado a cuatro mil personas en una región fuera de Judea. Luego, volvió a Betsaida, y después de sanar a un ciego, preguntó a sus discípulos qué opinión tenían las personas de Él: “¿Quién dicen los hombres que soy yo?”. Ante esto, Pedro, da la respuesta correcta: “Tú eres el El Cristo” (Marcos 8:29). Luego, Jesús anuncia su muerte, “Entonces Pedro le tomó aparte y comenzó a reconvenirle” (Marcos 8:32). Es decir, Pedro le comienza a decir que no vaya a Jerusalén, y que, en otras palabras, no muera por la humanidad. A Jesús le desagrada tanto ese pedido que le dice: “!!Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres (Marcos 8:33). En este contexto, el Maestro dirá:
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (Marcos 8:34).
SI ALGUNO. Jesús está dirigiéndose a sus discípulos y a la “gente” (multitud) que le seguía. Las Palabras de Cristo son para todos. Aquellos que van a la iglesia y aquellos que no se congregan pero que suelen llamarse cristianos. Todos los que dicen seguir a Jesús deben escuchar o saber lo que Jesús les dirá.
QUIERE VENIR EN POS DE MÍ. Mucha gente seguía a Jesús. Movidos por sus milagros. Algunos por curiosidad, otros por interés, y otros sencillamente porque querían aprender y emprender una nueva vida. Hay todo tipo de seguidores de Jesús también en nuestros días. Pero a todos ellos les dice, si ustedes quieren venir y seguirme, atentos:
NIÉGUESE A SI MISMO. ¿Qué es negarse así mismo? Esto indica RENUNCIAR a nosotros mismos. Es someter nuestra voluntad a la voluntad de Dios. Negarse así mismo es VIVIR PARA CRISTO, POR CRISTO y EN CRISTO. Negarme a cumplir mis sueños personales que van en contra del sueño de Dios. Pablo diría: “Con Cristo estoy juntamente crucificado. Ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí” (Gálatas 2:20).
TOME SU CRUZ. La cruz no era un símbolo judío ni bíblico. La cruz era un instrumento romano que servía para ejecutar a los criminales, y en los tiempos de Jesús era muy conocido. Los “criminales” condenados tenían que llevar la cruz sobre sus hombros hasta el lugar de la ejecución. Esa cruz era pesada, muchos hombres morían en el camino, otros llegaban moribundos... era una caminata muy difícil. “Es probable que Cristo se estuviera refiriendo a esta costumbre. En el contexto en el cual Cristo menciona llevar la cruz, no se refiere tanto a las pequeñas dificultades y a los obstáculos que deberían enfrentar lo discípulos, sino más bien a la necesidad de estar dispuestos a hacer frente a la misma muerte” (CBA, 5:425).
Y SÍGAME. Aquel que desea seguir a Jesús debe aprender a vivir en, con y por Cristo, renunciando a sus planes y propios deseos para tomar la “cruz” de Cristo y todo lo que signifique, y entonces estará listo para seguirle. ¿Cómo así? Ser un discípulo, es decir ser un ALUMNO, un APRENDIZ, alguien que sigue sus pisadas (1 Pedro 2:21). Seguir a Jesús es ir detrás de Él, es dejar que sea el mi guía y dejarme conducir por Él. Ser un discípulo o seguidor de Jesús equivale a ser y hacer lo que Cristo hizo.
Si esto parecía extremo, por todo lo que significa seguir a Jesús o ser discípulo de Cristo, el discurso no había terminado, porque Jesús continúa: “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” (Marcos 8:35-37).
El texto citado no necesita mucha explicación. Simplemente Jesús está ampliando los dicho en el texto estudiado hoy, no sirve de nada que “ganes el mundo”, es decir cumplas tus sueños y metas personales si por eso, por seguir tus planes personales te alejas de Dios, de su iglesia, de Cristo. No sirve de nada, así como no sirve de nada toda la recompensa mundana que puedas recibir o los premios que puedas recibir por tu trabajo propio, por tu desempeño como profesional o persona, si todo eso lo has logrado siguiendo tus propios planes y sueños. No sirve de nada.
Finalmente, Jesús dice: “Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles” (Marcos 8:38). En simples palabras Jesús les está diciendo: “Ustedes no le siguieron, no cargaron su cruz, porque amaban al mundo más que a mí, fueron a cumplir sus propios planes y sueños, metas personales porque SE AVERGONZARON de mí... así me avergonzaré de ustedes en el juicio final”.
¿Quién eres tú? ¿Eres un seguidor de Jesús? ¿Lo sigues plenamente o de lejos? Sigamos a Jesús con todo y sin reservas. ¿Amén?
Feliz día
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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