Nuestra mente finita, muchas veces, nos hace ver las cosas de Dios como asuntos muy humanos. Es por ello que nos resistimos a creer en un Dios amoroso que puede emitir juicio y más aún cuando leemos “la ira de Dios”. ¿Amor y justicia? ¿Amor e Irá? Pareciera que estas palabras no son compatibles para muchos “cristianos”. Por ello prefieren creer en Dios como tan amoroso que tolera la vida corrupta de sus hijos, a tal punto de que el cristiano dice: “Dios te ama tal como eres”. Y sí, parece que esta frase es correcta, pero no, no lo es. Dios NO te ama tal como eres, Dios te ama A PESAR de lo que eres. Y existe mucha diferencia en estas dos frases. La primera anuncia a Dios como permisivo y “bonachón”, y el segundo muestra a Dios como lo que es, Dios Justo y Santo.
Así, el capítulo 16 de Jeremías nos amplía este concepto de juicio de Dios. Este es un llamado a vivir siendo conscientes de un juicio inminente. A hacer un cambio de vida, a vivir una vida en santidad si deseamos alcanzar gracia de Dios en medio del gran conflicto.
Dios le ordena a Jeremías a no hacer tres cosas, como muestra de vivir en espera del juicio de Dios:
1. A no tener esposa ni engendrar hijos, porque los tiempos que vienen son muy difíciles y todos ellos morirían en el juicio de Dios (v.1-4).
2. A no lamentarse con otros, ni tener pena del sufrimiento de los desobedientes porque ellos sufrirán las consecuencias de sus pecados (v.5-7).
3. A no participar de sus banquetes ni sus fiestas porque no hay motivos de alegría (v.8-9).
Estas tres prohibiciones a Jeremías, causarían intriga en los judíos, los cuales preguntarían: “¿por qué Dios nos anuncia tanto mal? ¿Qué pecado hemos cometido?” (v.10). Entonces Dios responderá las razones y dará explicaciones:
CAUSAS
Porque el pueblo siguió el mal ejemplo de sus padres, adorando y sirviendo a dioses falsos y desechando la Palabra de Dios (v.11, 12).
¿Cuánto impacto tienen los padres en la vida de sus hijos? El mal ejemplo de los padres de Judá (el pueblo) fueron replicados por sus hijos, y eso los llevó a la ruina. ¿Qué tipo de ejemplo le estamos dando a nuestros hijos? Si queremos hijos fieles a Dios en el futuro, debemos ser bueno ejemplos para ellos, hoy. Padres fieles, tienen hijos fieles mañana.
CONSECUENCIAS
“Por tanto, yo os arrojaré de esta tierra a una tierra que ni vosotros ni vuestros padres habéis conocido, y allá serviréis a dioses ajenos de día y de noche; porque no os mostraré clemencia” (v.13). Esta profecía habla de los exilios de Judá en Babilonia, todo por causa de su vida corrupta. Ahí, en Babilonia podrán vivir como corruptos, en idolatría porque ahí hay suficientes dioses para que vivan como idólatras.
Solo cuando pasamos por tormentas sin la protección de Dios, sentimos la falta que nos hace ÉL en nuestras vidas. Cuando estás lejos de Dios, cuando ya no guardas los sábados como te enseñaron tus padres o no vas a la iglesia por trabajar o hacer tus negocios, y ves que aunque te vaya bien en la vida, estás vacío por dentro, ahí valoras lo lindo que fue tu vida en los caminos de Dios.
SOLUCIÓN
Dios no los deja así con un mensaje de desesperanza, aún cuando dijo que no tendría compasión de ellos (v.5-7), Dios les dice ahora que si ellos muestran arrepentimiento, ÉL los librará como lo hizo en Egipto (v.14, 15). Dios hace una promesa notable – que habría una nueva medida de su grandeza y poder redentor. La nueva medida sería el regreso del cautiverio cuando Dios los llevara de vuelta a su tierra.
Aquí hay una valiosa analogía espiritual. La obra inicial de redención en la vida de un creyente es grandiosa; pero la obra restauradora del creyente – cuando Dios saca a un hijo suyo castigado de un exilio metafórico y este vuelve a su favor y promesa – esta obra a veces puede considerarse aún mayor. Este es el principio que Dios le revela a Jeremías.
Dios jamás nos dejará solos y desamparados. No importa en dónde nos encontremos, si buscamos a Dios de todo corazón, Él nos restaurará, nos rescatará. No dudemos, vayamos a Dios con corazón arrepentido, y vivamos una nueva vida, una nueva oportunidad.
El juicio es real e inminente, Dios es amor, pero también es justicia. Dios nos ama a pesar de lo que somos y busca nuestra santidad para vivir como Él quiere.
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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