Dios responde las quejas de Jeremías a través de un “cinto podrido, que para ninguna cosa era bueno” (v.1-7). En otras palabras, Dios le dice que, puede que los impíos estén prosperando ahora, que todo les va bien, pero ellos, tarde o temprano serán como cintos podridos que no sirven para nada.
El pueblo de Judá y Jerusalén (su capital) eran orgullosos, y Dios haría podrir su soberbia, pues es:
- Pueblo malo
- No oyen la palabra de Dios
- Andan en imaginaciones de su corazón
- Van en pos de dioses falsos
Este pueblo será destruido porque se sostienen en un cinto podrido (v.8-11).
El pueblo de Dios fue llamado para ser:
- Su pueblo
- Su fama
- Su alabanza
- Su honra
Sin embargo, no hicieron caso, no obedecieron. Es cierto, hay gente que hoy vive lejos de Dios y sin embargo prosperan en todo, emprenden negocios y proyectos y todo les sale bien. No obstante, un día, todo esto servirá para nada. Dios emitirá juicio y todo lo material y aparentemente bonito no será más que cosa podrida.
No te mociones si todo te sale bien, a pesar de estar andando mal. Que Dios nos ayude a vivir el propósito de Dios. Ser un pueblo de alabanza (v.12).
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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