Jeremías amonesta al pueblo y su actitud recordando la actitud del pueblo de Israel en el desierto y a lo largo de toda la historia (v.22-26). Judá no ha cambiado, sigue la herencia de la desobediencia, sigue “tropezando con la misma piedra”, sigue cometiendo los mismos errores.
¿Qué pasa en la mente del ser humano que no es capaz de ver en la experiencia de otros, una lección para hoy? ¿Por qué no aprendemos de los errores de los demás y por el contrario nos gusta experimentar nuestros mismos dolores para luego decir, tenían razón?
Una actitud rebelde jamás nos ayuda a avanzar en la vida, sino que nos hace retroceder. Eso es lo que dice Jeremías: “Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante” (v.24).
¿Por qué no mejoramos o no avanzamos en la vida? Porque seguimos nuestros propios consejos, nuestros propios gustos y opiniones. Así jamás avanzaremos, así solo viviremos estancados en la mediocridad espiritual. Viviremos como cristianos formales, de días de culto y de apariencias. Dios no quiere eso para sus hijos. Avancemos de la mano de Dios, vamos hacia la meta, hacia la Canaán celestial.
Sigamos la Palabra de Dios.
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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