En nuestra caminata a Canaán, la tierra prometida, nos encontraremos con una serie de "piedras", obstáculos que tratarán de impedir nuestra victoria. Esos obstáculos pueden ser ENEMIGOS y AMIGOS:
1. LOS ENEMIGOS.
a. Los cananeos (vrs. 1-3).- Al saber que estás caminando a Canaán, y sabiendo que estás a punto de lograr tus sueños, saldrán a impedir que cumplas tu meta. A ellos les gusta pelear, destruirte, toman prisioneros con el objetivo de que no vayas a la "tierra prometida", y te quedes en el desierto.
b. Los amorreos (vrs. 21-30).- Al saber que pasarás por sus tierras con mensaje de paz, harán todo lo que esté a su alcance para evitar que tú pases por su territorio. Un mensaje de paz, hombre de paz, no son bienvenidos en sus tierras. Ellos no quieren que vayas a Canaán, y te harán guerra.
c. Los basanitas (vrs. 31-34).- Al saber que el pueblo de Dios está a punto de lograr su sueño: Canaán, saldrán sus líderes y tooodo el pueblo. Así son los enemigos, "todos los que no juntan desparraman".
2. LOS AMIGOS.
a. El desánimo (v.4).- Llegar a Canaán no es sencillo. En medio del camino, y por muchas razones (fundadas e infundadas), el desánimo será un obstáculo que nos impedirá tomar la tierra prometida.
b. La murmuración (v. 5).- Una vez más podemos ver como el pueblo de israel, parece un "disco rayado". Vuelve a renegar y a quejarse. Murmuran contra Moisés y contra Dios.
Sin embargo, a pesar de ello, a pesar de los ENEMIGOS Y AMIGOS, que muchas veces son instrumentos del ENEMIGO (Satanás) para hacer que el pueblo de Dios no llegue a Canaán... A pesar de toooodo eso, Dios siempre tiene el control y entrega la victoria. Se encargó de vencer a todititos los enemigos que el pueblo de Israel enfrentó... Y es que si Dios es con nosotros, ¿quién contra nosotros? (Rom.8:31). Por eso dice claramente: "No le tengas miedo, porque yo lo he entregado, a él como hiciste de Sehón rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón" (Núm.21:34). Dios es quien pelea nuestras batallas (Éxo.14:14).
Finalmente, Dios también es la solución los "amigos", la gente de nuestro mismo pueblo, es la solución para nuestra vida rebelde y pecaminosa... es la solución para nuestra humana vida, para nuestro desánimo y actitud rebelde y murmuradora... Eso sí, los que no se atreven a mirar a Cristo como aquella "serpiente de bronce" por fe, morirán en el desierto de la vida y nunca, nunca llegarán a la tierra prometida (para nosotros, el cielo).
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