El versículo 1 inicia describiendo una etapa muy difícil. Días trágicos y terribles: “ Reúnete ahora en bandas, oh hija de bandas: NOS HAN SITIADO” (Miqueas 5:1). En nuestros tiempos quizás la palabra “sitiar” sea poco relevante. Sin embargo, ser “sitiado” por un ejército enemigo en aquellos tiempos era sinónimo de depravación, hambre, muerte, humillación. El ejército enemigo no dejaba entrar ni salir de la ciudad, y esto significaba, en muchos casos que los “enjaulados” morían por enfermedades o hambre antes que por espada.
Así es el enemigo contra el pueblo de Dios. Los asedia. Intenta sitiarlos cada día. Los enjaula en sus recuerdos del pasado, en la culpa y la sensación de no ser perdonados. Ese es el enemigo que quiere destruir tu vida y quiere que estés “encarcelado” por tus malas decisiones. Sin embargo, no estás solo. ¡Hay una buena noticia!
En medio de todo esto, nace una promesa maravillosa: “Mas tú Beth- lehem Epharata pequeña para ser en los millares de Judá, de ti me saldrá el que será el Señor de Israel; y sus salidas son dese el principio, desde los días del siglo” (Miqueas 5:2). ¡De un pequeño lugar como Belén, sale EL SALVADOR! El libertador del pueblo de Dios. ¿Quién es este príncipe? Todos los antiguos judíos e intérpretes sabían y entendían que se trataba del Mesías prometido, y no estaban en el error, se trata nada más y nada menos que de CRISTO, JESÚS.
Y cuando llega este príncipe, SEÑOR DE SEÑORES, cuando llega JESÚS, entre muchas cosas que hace es TRAER PAZ: “Y este será nuestra PAZ” (Miqueas 5:5). ¡Cuán hermosa es la palabra PAZ en medio de tormentas y persecuciones! ¿Te imaginas a los israelitas viviendo en carne propia el asedio y humillación de sus enemigos, y de pronto el mensaje de que el Mesías vendrá en su auxilio? ¡Extraordinario!
¿QUÉ ES LA PAZ?
- Esta palabra es muy conocida. Viene del hebreo SHALOM, que es más que la ausencia de guerra.
- Incluye tranquilidad que acompaña el saber quien eres, de dónde vienes y a dónde vas.
- Es tipo de prosperidad que acompaña, no la acumulación de bienes materiales, sino un espíritu agradecido.
- Se trata de seguridad que viene con fe en que Dios te ama y proveerá por tus necesidades.
Vivimos tiempos muy ajetreados.
La depresión, el estrés y la incertidumbre agobian nuestras vidas. ¿A dónde ir? ¿Qué hacer? En todo el mundo están igual. Las variantes de este COVID 19 han demostrado que la ciencia y todo lo que significa es pequeñita para tal magnitud de problema. Sin ser pesimistas, no hay salida humana a todo esto, SOLO HAY UN CAMINO, ES DIOS. Y ese maravilloso Dios de amor nos ofrece PAZ. Paz en medio de la tormenta.
Eso es lo que necesitamos ahora. No desesperarnos. Necesitamos tener PAZ, esa paz que viene solo de Dios. Esa paz que nos dice que todo esto es pasajero, que hay algo mejor por venir, aunque todo indique lo contrario. Esa paz que es eterna, no momentánea. ¿Y es necesaria esa paz? Claro que sí. La Paz supera el dinero, porque no el dinero puede darnos paz. La Paz supera todo, porque La Paz de CRISTO en nuestros corazones. Y aunque todo se desmorone a nuestro al rededor, TÚ ESTARÁS SEGURO porque CRISTO ESTÁ A TU LADO dándote paz.
¡Feliz día!
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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