Amanece un nuevo día, un sábado para alegrarnos en el nombre de Jesús. Y tú puedes decir: “¿Alegrarme? ¿Cómo alegrarme si he perdido a alguien muy cercano en esta semana? ¿Cómo puedo alegrarme si no sé cómo afrontar los problemas que me agobian a causa de esta pandemia mundial? Sin embargo, déjame decirte que aunque este año sea peor que el año pasado, aunque los tiempos en que estamos viviendo son realmente preocupantes, debes saber algo, o sino recordar: Aún estamos vivos, aún respiramos y esto indica que aún hay algo por hacer. ¡Dios aún tiene un propósito para cada uno de nosotros! ¿Estás un poco desanimado y sin ganas de conectarte al culto de tu iglesia a través del zoom o de alguna otra plataforma digital? ¿Sientes que no es lo mismo, que tú fe ha menguado? ¿Sientes que los problemas y el estrés, la depresión y ansiedad están debilitando tu fe poco a poco? Ánimo en el Señor. Hoy el mensaje de Dios es muy claro:
“En aquel día, dice Jehová, juntaré la que cojea, y recogeré la descarriada, y a la que afligí; y pondré a la coja como remanente, y a la descarriada como nación robusta; y Jehová reinará sobre ellos en el monte de Sion desde ahora y para siempre. Y tú, oh torre del rebaño, fortaleza de la hija de Sion, hasta ti vendrá el señorío primero, el reino de la hija de Jerusalén” (Miqueas 4:7-8). Puedo destacar tres lecciones para hoy:
1. “EN AQUEL DÍA”.- No todo está perdido. Aún hay esperanza. Viene un día, aquel día, un día no muy lejano según las profecías. Ese día es cuando Cristo venga por segunda vez. Ese día será el fin de toda lágrima, todo dolor y sufrimiento. Aquel día en el que Dios nos abrace y seque toda lágrima. Aquel día cundo por fin entenderemos porqué pasó lo que pasó. Aquel día cuando le diremos a Dios que todo lo que pasamos era necesario, aunque no lo entendimos ese día, o no lo entendamos hoy. Aquel día, es el día de esperanza. Aquel día, es el que debe motivarnos a vivir acá un día a la vez en Cristo.
2. “JUNTARÉ LA QUE COJEA”.- ¿Quiénes son las ovejas que cojean? Pues las lastimadas, las que siguen en la iglesia pero que están heridas. Las que a veces por las vicisitudes de la vida tropiezan, se lastiman, pero siguen en el rebaño. Aunque heridas siguen perseverando. Ellos son los creyentes, los adventistas que aún con sus luchas siguen día a día persistiendo en la fe que un día abrazaron. Jesús viene un día a juntarnos, a llevarnos a reinar por siempre. No es pérdida de tiempo el perseverar en Cristo hermano querido, Jesús conoce tus lágrimas, tus luchas, tus pisadas en falso, y te dice: Aún hay esperanza.
3. “RECOGERÉ A LA DESCARRIADAS”.- Las ovejas descarriadas. Son los que un día estuvieron en el rebaño, en la iglesia y hoy están fuera. A ellas Dios las recogerá también, claro. Si deciden a tiempo. Hay esperanza para aquellos que un día estuvieron en la fe. Aquellos que asistían a la escuela sabática, cantaban en los coros, iban al club de conquistadores y campamentos. No sientas que no puedes volver, Dios quiere verte en el cielo por siempre. Solo debes regresar a sus brazos. ¿Quién eres tú? ¿Estás lejos de la iglesia, lejos de Dios? No todo está perdido. Hoy mismo vuelve a la iglesia, vuelve a Cristo.
Hace algunos días alguien me escribió: “Pastor Heyssen. Siento que esta pandemia ha causado anemia en mi vida, anemia espiritual. No disfruto los cultos en zoom, me da sueño y eso me preocupa porque soy padre de familia y siento que mi esposa y mis hijos se han dado cuenta de eso... le pido fuerzas a Dios para que sienta gozo, amor por las cosas divinas. Ore por mi”. Lo que este amigo me dijo es lo que también pueden estar sintiendo muchos. Sin embargo, que la pandemia no nos de anemia “espiritual”. Fijemos nuestra mirada en Cristo, porque esto es pasajero, todo es pasajero, viene un día, AQUEL DÍA... VIENE CRISTO!!! Abrázate a esa promesa, a la promesa de la venida de Cristo. Ahí está toda nuestra esperanza.
¡Feliz día!
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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