Cada día, cada mañana, es una nueva oportunidad que Dios nos regala. Una página en blanco para escribir con Cristo a través de nuestras decisiones, y así dar lugar a un libro de bendición y felicidad o de maldición y desdicha. Y todo tiene su inicio en la primera hora de cada mañana, cuando decidimos LEVANTARNOS DE LA CAMA, y BUSCAR A DIOS a través del ESTUDIO DE LA BIBLIA y la ORACIÓN. ¿Cuál es tu primera acción cada día? ¿Habrá lugar para Jesús en tu agenda diaria? ¿Habrá lugar para Jesús al empezar el día?
La Biblia narra cómo fue el nacimiento de Jesús, y es sumamente impresionante, cómo vino a nacer a este mundo. Jesús dejó la majestuosidad del cielo para morar entre nosotros de manera simple.
El capítulo 2 de Lucas nos dice que los padres de Jesús llegaron a Belén por un tema de censo, y con María embarazada y en las últimas semanas, todos los preparativos para el parto se complicaron. Como había demasiado movimiento en Belén , todos los hospedajes (o mesones) estaban ocupados. La Biblia cuenta que cuando María sintió los primeras dolores de parto, y José buscó espacio o disponibilidad de una habitación, no lo halló.
Quiero que imagines que aquel día. José corriendo de acá para allá, buscando un lugar adecuado para el nacimiento de su hijo. Y María con todos los dolores de parto. No sé tú, pero esa situación, de solo pensarlo, es totalmente deprimente. ¿Dónde podría tener un nacimiento digno? Olvídate de que se trata de Jesús, el hijo de Dios; y solo piensa en que pudo ser tu hijo y su madre en esa situación. ¿Qué harías? Pues bien, José no se cansó de tocar puerta tras puerta. Y finalmente, alguien le dijo: NO TENGO UNA HABITACIÓN, pero puedo habilitar un lugar en mi establo, un lugar donde duermen los animales de corral.
El Rey de reyes y Señor de señores nació literalmente en un establo. A veces podemos pensar en un nacimiento de Jesús tan tierno como el que vemos en los cuadros, tarjetas navideñas y lindos posts. Sin embargo, Jesús nació en medio de vacas, ovejas, y puede parecer un cuadro tan tierno pero olvidamos que los cuadros no reflejan los olores. ¿A qué habrá olido ese corral? ¡Qué tristeza! ¡Jesús nació así! Y Jesús nació ahí porque no encontró lugar en el mesón, no había un lugar en el hospedaje.
Cada día, cada mañana, Jesús busca nacer en nuestras casas, en nuestras vidas. Jesús busca nacer en nuestros corazones. ¿Qué le dirás? Le dirás, no tengo lugar para ti en mi vida. ¿Qué le dirás? Le dirás que estás tan ocupado cada mañana y lo ignorarás por ver las noticias en la TV o escuchar las noticias por radio. O verás las actualizaciones de tus redes sociales.
Jesús quiere nacer cada día en tu corazón. Cada día decides si Jesús nacerá en tu vida o simplemente le ignoraras, diciendo: NO HAY LUGAR PARA TI EN MI VIDA.
Pr. Heyssen J. Cordero Maraví
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