Las enseñanzas de Jesús son desafiantes. Llegan a la médula, al límite, al extremo; y muchas veces no es posible entender con facilidad... ¿si quieres ser el primero, serás el último? ¿es en serio? Esta es una de las paradojas más grandes que Jesús dijo. ¿Qué quiere decir esto? ¿Cuál es su significado?
Jesús estaba a pocos días de ser entregado en mano de hombres para ser sacrificado. En dos ocasiones - según Marcos - les había dicho a sus discípulos que sería entregado en mano de hombres para ser juzgado y crucificado. Sin embargo, en la primera ocasión, Pedro empezó a desanimarlo (Marcos 8:32), y en la segunda, ellos no entendían y tenían miedo de preguntar (Marcos 9:32). Mientras Jesús quería que ellos entiendan su misión, los discípulos de estaban más preocupados en ¿quién era el mayor? ¿quién ocuparía el lugar más honorable en el reino de Jesús? ¿Quién tenía las habilidades, las competencias, los méritos y los “galones” para ser el mayor? Esto originaba una tensión en la reunión. Bandos, críticas, todo una campaña política como sucede en elecciones.
Jesús sería crucificado en poco tiempo. Necesitaba pasar tiempo con sus discípulos, enseñarles las últimas lecciones para que sean los evangelistas, los portavoces de salvación, ¿cómo lo haría si ellos estaban pensando en un reino terrenal? Todos querían ser “el mejor”. Incluso Juan y Jacobo habían tenido la intervención de su mamá para ayudarlos a escalar en rango. Y esto había enfurecido a los demás discípulos.
Este es el mundo en que vivimos. Competitivo, lleno de competencias, habilidades. Las empresas contratan a personas con más experiencia o con un currículum más nutrido... todos buscan ser los primeros lugares. Ser el segundo o el tercer lugar pasa, pero a partir del cuarto lugar ya no hay mérito, no sirve de nada. Nadie recuerda quién fue el cuarto lugar del último mundial o de la copa América. A nadie le interesa. Las copas solo son para los campeones... así es en este mundo, en esta selva moderna.
Lo dicho por Jesús parece absurdo e ilógico: “Si alguno quiere ser el primero , que sea el último de todos y el servidor de todos” (Marcos 9:35). ¿Cómo? ¿Ser el último para llegar primero?
En el reino de Dios no es el que tiene más competencias y habilidades quién es el primero, sino el servicio. Marcos utiliza la palabra “diakonos” (siervo) pero Mateo amplía el concepto con la palabra “doulos” (esclavo). ¿Deseas llegar primero? ¿Anhelas ser “el primero”? Entonces sigamos el ejemplo de Jesús que NO VINO PARA SER SERVIDO SINO PARA SERVIR.
Jesús dejó toda su gloria en el cielo, para ser uno más entre nosotros. Jesús lavo los pies empolvados de sus discípulos, hizo la labor de siervo. Ilógico, Impensable. Absurdo. Loco. Pero tan verdadero como que Cristo vino a este mundo a morir la peor muerte por amor al mundo.
Finalmente, ¿quiere decir que está mal desear ser exitoso y ser el mejor en lo que hacemos? No. Si deseas ser el mejor o tener éxito para servir, no está mal. Si tu motivación es servir, no hay problema. Y es que, como ya viste, Dios mide el éxito de manera distinta al mundo.
Hoy es un día para servir, para hacer lo todo lo que está a nuestro alcance para servir. Alguien dijo: “el que no vive para servir, no sirve para vivir”. Vivamos para servir, sigamos el ejemplo de Jesús.
¡Feliz día!
Pr. Heyssen J. Cordero Maraví
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