Entre los Salmos graduales, o de peregrinación rumbo a Jerusalén, nos encontramos con un cántico que tiene como la familia, como tema central. El hogar y la familia eran asuntos importantes en la cultura hebrea.
El Salmo 127 destaca la importancia de la obra, el empeño y el esfuerzo del ser humano por tener una “buena casa”, sin embargo, deja en claro que todo eso no tiene valor sin la bendición de Dios.
Cuando el salmista hace referencia a casa, no se está refiriendo específicamente a una construcción material, sino más bien a la familia. Esto es muy frecuente en la Biblia (por ejemplo Josué 24:15; Lucas 19:9; Hechos 16:31). Se refiere a esposos e hijos. Es decir, que no basta solo con ser un bueno esposo, unas buenas esposa o tener buenos hijos, pues el verdadero y exitoso hogar es solo posible con la bendición y dirección de Dios.
Ahora, si bien es cierto que Dios es quien da el verdadero y pleno éxito en la familia, esto no quiere decir que DEJEMOS DE ESFORZARNOS Y TRABAJAR por ella, y que esperemos en Dios sin hacer nada, no. El salmista deja en claro que eso tiene su parte y lugar, pero que Dios debe bendecir y dirigir la embarcación llamada familia.
Haciendo una aplicación, podemos notar cuán importante es la familia que si los israelitas querían ir a Jerusalén. Del mismo modo, nosotros no podemos pretender ir al cielo [ Nueva Jerusalén ]si no estamos trabajando por nuestras familias. Hoy es un excelente día para agradecer y encomendar a Dios a nuestras la familia.
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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