Y llegamos al último Salmo de la serie de cánticos que se entonaban en las cenas pascuales en tiempos bíblicos, y que muy probablemente Cristo cantó junto a sus discípulos en el Aposento Alto aquel jueves por la noche - antes de la crucifixión-. ¡Este es un Salmo de triunfo, de victoria!
En 29 versículos tiene como objetivo alabar y glorificar a Dios porque Él es bueno, amoroso y misericordioso. El concepto que tenía David, y todos aquellos que cantaron este Salmo era extraordinario para esos tiempos, considerando que existían culturas y pueblos que pensaban todo lo contrario de sus dioses. Para la mayoría de culturas (por no decir todas), sus dioses eran lejanos, severos y vengativos. En cambio David entendía que Dios, el real y verdadero, era BUENO, AMOROSO y MISERICORDIOSO.
El primer y último versículo dicen:
“Alabad a Jehová, porque él es bueno;
Porque para siempre es su misericordia” (v.1 y v.29.
¿Quieres más motivos para alabar a Dios y ser gratos? He aquí dos razones más: DIOS ES BUENO Y MISERICORDIOSO POR SIEMPRE. ¡Alabado sea Dios!
Allá en el Aposento Alto, aquel jueves por la noche, Jesús y sus discípulos cantaron este Salmo, recordaron así que Dios es bueno, y por siempre es su misericordia. No hay mensajes ambiguos, el mensaje es claro y al punto. Jamás dudes del amor y la fidelidad de nuestro Dios.
Inicia este día con este pensamiento, Dios es bueno y misericordioso por siempre. Nosotros no lo merecemos, no merecemos nada, pero es por el amor de Dios y su misericordia que vivimos y nos preparamos para vivir en la eternidad con Cristo.
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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