Al igual que el Salmo 127, este cántico nos habla de la importancia de la familia en nuestra caminata hacia Jerusalén. En este Salmo podemos notar al dichoso y bienaventurado hombre que “anda en los caminos de Dios” (v.1).
El hijo de Dios que anda en las sendas de Dios es feliz y será prosperado:
1. Como ciudadano. “cuando comieres el trabajo de tus manos bienaventurados serás” (v.2). Habrá prosperidad en la economía, el trabajo será un deleite y no un estrés o carga. Esto será así solo cuando andas en los caminos de Dios.
2. Como esposo. “Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa” (v.3). La esposa es comparado con la “vid que lleva fruto”. La vid simboliza la prosperidad. Una esposa virtuosos lo es. Sin embargo, la vid también era considerado como símbolo fecundidad, pero no solo eso, sino también de encanto sexual (Cantar de los Cantares 7:8 ) y de la festividad (Jueces 9:13). La esposa o el esposo es una bendición para su cónyuge. Esto será así solo cuando andas en los caminos de Dios.
3. Como padres. “Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa” (v.3). Esta idea es clave en la vida y nuestra tarea de padres. Los buenos hijos no son producto del azar, sino que es una bendición por una vida que camina en las sendas de Dios. El salmista compara cómo platas de olivo, normalmente daban luz y servían como medicina. Eso son los hijos en la vida. Pero esto será así, cuando andas en los caminos de Dios.
Algunos creen que las familias sólidas y exitosas son simplemente “suerte”, no. Son bendiciones de aquellos que han caminado en las sendas, en los caminos de Dios. El salmista añade: “He aquí que así será bendecido el hombre Que teme a Jehová”. ¡Alabado sea Dios!
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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