Este es el séptimo cántico de una serie de 15 salmos que se entonaban en la peregrinación o viaje hacia Jerusalén. Evidentemente este Salmo no lo escribió David, porque existe argumentos en el texto que nos dicen que fue después del exilio.
El salmista canta de un tiempo cuando Dios liberó a Su pueblo de su cautiverio, y fueron restaurados a Jerusalén (Sion). La mayoría asocia esto con el regreso del exilio bajo Esdras y Nehemías, pero también es posible que describa el regreso de David de su breve exilio de Jerusalén en el golpe de Absalón (2 Samuel 15-19). De cualquier modo, la idea es que lejos de Jerusalén, simbólicamente podría considerarse un exilio.
En interesante notar que el escritor bíblico, considera esta situación, como si fuera un sueño: “Seremos como los que sueñan. Entonces nuestra boca se llenará de risa, Y nuestra lengua de alabanza” (v.1-2). Lo que el salmista está diciendo es que todo esto es tan bueno, hermoso y extraordinario para ser real. Y claro que lo era, habían sido esclavizados por Babilonia y por los Medos y los Persas. Ahora, por la gracia y misericordia de Dios, volvían cantando a su patria, a su terruño espiritual: Jerusalén.
Tú y yo nacimos para vivir en Jerusalén edénico. El pecado interrumpió esa vida de plenitud en el principio, y hoy, desterrados de nuestro hogar original, exiliados a causa del pecado, nos dirigimos rumbo a la Jerusalén Celestial, ese lugar que está preparado para cada uno de nosotros (Juan 14:1-3). Solo un poco más y el que ha de venir vendrá, y no tardará (Hebreos 10:37), falta poco para llegar a casa.
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
#MensajesDeEsperanza #rpSp #PrimeroDios
Si deseas recibir Mensajes de Esperanza cada día, únete a nuestro grupo de WhatsApp 📲 https://chat.whatsapp.com/E1KNXwPwFxT7h93DfDHFb2
No hay comentarios:
Publicar un comentario