Me impresiona cómo inicia el evangelista Juan su pasaje por Samaria: “Y le era necesario pasar por Samaria” (v.4). Tú puedes tener la plena seguridad de que nada sucede por casualidad. Jesús no fue a Samaria por puro gusto, tampoco fue a Samaria para darle la contra a sus contemporáneos. Jesús fue a Samaria porque le era necesario: SALVAR VIDAS.
La mujer Samaritana fue la primera evangelista mujer del Nuevo Testamento, no se nos dice su nombre, tampoco se vuelve a hablar de ella en otra ocasión. Esta historia se parece a la niña samaritana que evangelizó al sirio Naamán, porque las samaritanas se pierden entre las líneas de la Biblia. La historia de la mujer samaritana tiene muchas lecciones para nosotros, pero quisiéramos destacar algunas palabras de Jesús luego de impactar la vida de la mujer:
1. DISCÍPULOS SIN PASIÓN POR LAS ALMAS. Cuando Jesús llegó a Samaria, puedo imaginarlo viendo la ciudad con ojos de compasión. ¿A quién usaría para evangelizar a los samaritanos? Fijó sus ojos en sus doce discípulos pero ellos se fueron en grupo a comprar comida. ¿Tantas personas para comprar comida? Y es que ellos no tenían pasión por las almas. Esta idea es corroborada cuando ellos regresan de comprar comida y le ofrecen a Jesús para que coma y Él les dice: “Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis”. Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer?” (v.31, 32). Los discípulos sabían que Jesús empezaría a predicar en Samaria, y quizás por sus prejuicios no querían estar en ese momento. Una mejor idea: ir a comprar comida.
2. DISCÍPULOS DESNUTRIDOS. Lo que Jesús continúa diciendo es realmente impresionante: “Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra” (v.34). ¡Extraordinario! Para Jesús, el cumplir la misión, salvar vidas, predicar, abrir la Biblia para enseñar es COMIDA. ¿Y qué es la comida? Es vida, es energía, es fuerza… si no comemos, tarde o temprano nos enfermaremos y finalmente podríamos morir. ¿Te preguntas por qué vives desanimado, triste, deprimido y por eso muchas veces tienes un espíritu crítico y rebelde? ¿No sabes porqué te has vuelto así? Es porque no te alimentas con la comida de Jesus: SALVAR VIDAS.
3. DISCÍPULOS CIEGOS. La desnutrición produce entre muchas secuelas, ceguera. La ceguera que nos impide ver la necesidad en el mundo por esperanza. La necesidad de qué hay mucho por hacer. Jesús dijo: “ ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega” (v.35). ¡Cuántas veces pensamos qué falta mucho para predicar con pasión! ¡Cuántas veces hemos creído que la gente no está preparada aún para recibir la Palabra de Jesús! No hay tiempo que perder, la cosecha que está madura ya, sino es cosechada, se perderá. Hoy es el día.
¿Te estás alimentando de la comida de Jesús? No pierdas más tiempo. Jesús fue a Samaria no solo a ver a una mujer con una vida de dudosa reputación. Jesús fue a salvarla y a convertirla, como a Pedro en “pescadora de hombres”, en una Evangelista. En una mujer que sería la Evangelista pionera en Samaria. Aprendamos a ver con los ojos de Jesús, Jesús vio así a la mujer samaritana, no la vio cómo era sino como podría llegar a ser si se ponía en Sus manos. ¡Amén!
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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