sábado, 10 de julio de 2021

JESÚS QUIERE SANARTE, ¿ACEPTAS? - JUAN 5:1-4


El texto inicia contándonos que había una fiesta de los judíos a donde Jesús subió (v.1). Y luego nos lleva a la puerta de las ovejas, donde había un estante particular (v.2-3). Ese estanque era muy concurrido porque los enfermos de la ciudad, los desahuciados de toda enfermedad, buscaban en este lugar, sanidad. Me impresiona  cómo Juan, el Evangelista, destaca el contraste de las dos situaciones en sus líneas. Por un lado fiesta, y por otro lado sufrimiento. 


A estas horas, mientras tu lees este comentario en tu sala o habitación, quizás tranquilo y sin ningún dolor o necesidad, debes saber que hay otras personas que están en el hospital, en la cama de un hogar que no tiene los medios para costear una cama de hospitalización. A esta misma hora, mientras todo transcurre de los más normal, hay gente que no tiene qué comer ni sabe cómo hará para salir de la situación crítica. Todos vivimos un mundo diferente, quien vivamos en un mismo mundo. Ésta era la situación de todos los judíos en los tiempos de Cristo, mientras unos se alegraban, otros sufrían de dolores y las consecuencias de las enfermedades.


Es extraordinario que para todos, tu dolor es un dolor más, pero Jesús pero para Jesús no, no se quedará en la fiesta, en la alegría de la vida. Entre sonrisas y abrazos, no. La Biblia dice que Jesús se acercó al estanque de Betesda, a ese lugar que es fácil de imaginar, olía mal. Habían ciegos, conos y paralíticos. ¿Cómo habrían llegado allí? Por la misericordia de sus amigos, vecinos o familiares… algunos eran llevados ahí porque era la última y única opción. Nadie pudo hacer nada por ellos, pero había una luz de esperanza en el agua del estanque, que según la TRADICIÓN, podía sanar toda enfermedad si la llegaban a tocar primero, al moverse el agua. 


TRADICIONES… siempre hubo, hay y habrá tradiciones que pueden seducir incluso a los más inteligentes y educados. Pero no pasan de ahí, son solo eso, tradiciones… nada más y nada menos. No hay evidencia bíblica ni histórica de que esa creencia haya sido real. La Biblia no la confirma, por eso dice SEGÚN LA TRADICIÓN. Bíblicamente hablando no podría ser real. Pero así somos los seres humanos, nos inventamos “dioses”, le atribuimos la sanidad a “animales”, “personas”, “pepitas”, “brebajes”, etc. Todos pueden sanar, menos Dios. Y sí, aunque parezca ilógico es así, LOS SERES HUMANOS DEPOSITANOS NUESTRA CONFIANZA EN TODOS, menos en DIOS. 


Jesús llegó a ese lugar y sanó al paralítico de hace 38 años. Jesús puede hacer lo que ningún médico hizo. Jesús es Dios y no hay nada imposible para Él. Solo debes creer. Jesús le preguntó: ¿quieres ser sano? Y esta pregunta aparentemente está fuera de lugar, pero no es así, Jesús pregunta porque quiere que nosotros tomemos la decisión. Jesús no obliga, Jesús respeta nuestra decisión. 


Y el paralítico, le comenzó a decir que “si quisiera” pero “no puede llegar al estanque”. EXCUSAS. Ellas nos impiden seguir a Jesús. Jesús no te pregunta si puedes salvarte, tú no puedes. No podemos nada, Jesús quiere sanarnos y solo debemos decir: SÍ, SEÑOR. SÁNAME, sálvame. Quizás no seas paralítico físicamente hablando, pero sí un paralítico espiritual. Uno que no puede hacer nada aunque quisiera. No puedes hacer lo bueno porque estás paralizado por el pecado, por el enemigo.


Hoy es un nuevo día. Es sábado, el mismo día que hace más de 2000 años. Un sábado como hoy Dios hizo un milagro en la vida de un paralítico. Este sábado puede hacer un milagro en tu vida, en mi vida. Jesús te pregunta, ¿quieres ser sano? ¿Cuál será tu respuesta?


Feliz día.


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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