domingo, 4 de julio de 2021

HAZ LO CORRECTO SIEMPRE, AUNQUE IMPLIQUE PERDER PRIVILEGIOS - LUCAS 23


Uno de los personajes más conocidos en la vida de Jesús es Poncio Pilato, prefecto de Judea durante los años 26 a 36 d.C, el que dijo a los sacerdotes y a la gente que acusaba a Jesús: “Ningún delito hallo en este hombre” (v.4). Sí, el que después de enviarlo a Herodes, gobernador de Galilea, para librarse del problema, se lavó las manos cuando el pueblo eligió a Barrabás en vez de elegir a Jesús para ser indultado de la condenación en la cruz (v.25). 


Pero, ¿quién era Poncio Pilato para que sabiendo la inocencia de Jesús y siendo advertido por su esposa para que no haga tal injusticia con Jesús, finalmente decida ir en contra de ello y dejar a “su suerte” a Jesús? Según la tradición, Poncio Poncio pilato fue un gran soldado romano que surgió de la nada, desde muy abajo fue escalando cargos importantes y de confianza, hasta tener la oportunidad de dejar las armas para ser un notable político. Acostumbrado a vivir en medio de guerras por muchos años le costaba tener inteligencia emocional, por lo que había tenido problemas en sus primeros meses de gobierno con los judíos. Según los historiadores Filón de Alejandría y Flavio Josefo, Tertulianos y Tácito, había tenido tres problemas grandes: 


El primero con una revuelta tan grande que dejó muchos muertos en la “trifulca”, en una marcha de protesta de los judíos cuando llegó a Judea con estandartes de Águilas y queriendo obligar a los judíos a inclinarse. Lógicamente ningún judío hacía caso porque era abiertamente idolatría, y eso causó grandes problemas. Y para hacer sentir autoridad golpeó a los judíos y muchos murieron. Esto llegó a oídos del César y Poncio Pilato fue amonestado y amenazado de ser relegado del cargo. 


El segundo problema tenía que ver con haber gastado dinero de las arcas judías con el fin de construir un sistema de acueductos de desagüe del templo de Jerusalén hasta las principales calles.  Según Pilato, era insalubre la cantidad de sangre que salía del templo (por el sistema de sacrificios) y necesitaba más agua, porque la población crecía y habían más sacrificios y para ser una ciudad moderna, ordenó a que se construya sistema de desagüe pero no con el dinero de Roma sino con el de la tesorería del templo. Esto causó malestar en la población y una vez más Pilato fue amonestado desde Roma. 


Finalmente, el año 35 también reprimió con violencia a los samaritanos en el monte Garizim y ejecutó a sus dirigentes, acción por la que Vitelio, legado de Siria, le ordenó que volviera a Roma para dar cuenta al emperador. Cuando llegó, en la primavera del 37, Tiberio había muerto no hacía mucho. Según una tradición recogida por Eusebio, cayó en desgracia bajo el imperio de Calígula y acabó suicidándose.


Pilato es un tipo de hombre sin escrúpulos, conocedor del derecho y ansioso de cumplirlo en la medida que pudiera ser hecho sin sacrificio personal de ninguna clase, pero cediendo fácilmente a la presión de aquellos cuyo interés era que él actuase de manera diferente. Él hubiera gustosamente absuelto a Cristo, y hasta hizo serios esfuerzos en esa dirección, pero cedió a la presión de inmediato cuando su propia posición fue amenazada.


En ese contexto, podemos entender porqué Pilato quería evitar cualquier problema, y los sacerdotes y fariseos, así como el pueblo sabía que Pilato estaba con “tarjeta amarilla” y en cualquier momento si hacía algo que no le gustara al pueblo, ellos irían y le acusarían. Por ello Pilato es condescendiente con el pueblo, no emite juicio real, sino que se deja llevar por el temor, el miedo a perder su puesto y los privilegios. ¿Qué te parece?


Pilato tenía en sus manos la oportunidad de liberar a Jesús, pero fue más su temor, su cobardía, y por eso decidió dejar que el pueblo desenfrenado haga “justicia”. 


Muchas veces Jesús puede resultar “problemático” en nuestras vidas porque pueden hacernos perder amigos, trabajo, prestigio o estatus. Sin embargo, nadie que fue a Jesús o hizo las cosas correctas es abandonado por Jesús. Jesús siempre estará con nosotros para darnos fuerzas y bendecirnos en nuestro caminar. Jamás dudes, jamás lo olvides, Nunca estarás solo. 


Feliz día.


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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