LA MARCA DE LOS DISCÍPULOS - JUAN 13:34, 35

Hace algunos años fui invitado a dar una charla sobre familia y clima laboral en una hospital en la ciudad de Lima. Los gestores de esta invitación fueron unos jóvenes colportores (estudiantes universitarios que vendían libros cristianos). Me presentaron como especialista en temas de familia (los jóvenes eran demasiado entusiastas). Me prepararé de la mejor manera para un público de médicos, enfermeras, y demás personal. Al final de mi charla, y después de unos aplausos, se abrió el espacio de preguntas. Entre el público, se levantó una mano:

- Profesor, ¿usted pertenece a alguna religión? 

Recordé que los jóvenes colportores me habían pedido que no “predique” sino que sea una charla técnica. Sin embargo yo usé algunos versículos para mi tema (no pude negar mi esencia): Así que le respondí:

- Bueno, yo soy pastor de la iglesia adventista del séptimo día. 

Se creó un murmullo en el auditorio. Y se interrumpió cuando la doctora replicó:

- ¿Alden… qué? ¿Aldentista?

El murmullo se intensificó. Y volví a repetir el nombre con más claridad y más despacio: ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA, para finalizar diciendo: “¿No ha escuchado de los adventistas del séptimo día? A lo que alguien a voz en cuello dijo: 

- “Son los que no comen chancho, y los que no trabajan en sábado…”

Esto creó una explosión de risas y bueno, yo atiné a decir: “Bueno, lo que dijo es cierto, pero es más que eso…”. Esta es una experiencia que pude recordar hoy al leer la Biblia.

¿Por qué somos conocidos? ¿Qué piensan de nosotros la gente al saber que somos adventistas? Si la gente diera características tuyas y de tu fe, ¿qué es lo que dirían? La historia que conté líneas arriba, puede ser, más seria de lo que parece. 

La Biblia dice: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:34, 35). Según Jesús, todos reconocerán que  somos discípulos suyos SI TENEMOS AMOR LOS UNOS POR LOS OTROS. La marca del discípulo de Jesús es el AMOR. La gente debe reconocer en nosotros que somos agentes de amor, que amamos como Jesús nos amó.

Jesús NO dijo que la gente debe reconocernos porque “guardamos el sábado”, o porque “no comemos cerdo (o chancho)”, tampoco porque somos “vegetarianos”, ni siquiera porque “dominemos las profecías de Daniel y Apocalipsis”. Ojo, no estoy diciendo que esas no sean buenas cosas y cosas que debemos hacer… sino que todo eso debe estar cubierta por el amor al prójimo. Debemos amarnos como Jesús nos amó.

¿Eres tú un discípulo del amor? 

Feliz día.

Pr. Heyssen Cordero Maraví 

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