“Y Jehová iba delante de ellos de día
en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna
de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche. Nunca se
apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna
de fuego” (Éxodo 13:21, 22).
No hay nada
imposible para Dios. Lo extraordinario, lo milagroso, lo increíble es característico
en sus acciones. ¿Te imaginas vivir en el desierto
por cuarenta años? ¿Te imaginas lo terrible que era caminar por desierto
con un calor fuertísimo? ¿Te imaginas dormir en medio del desierto con tanto
frío por las noches? Desde el primer día, hasta el último, antes de entrar a la tierra prometida, Dios se encargó
de mostrarle el pueblo de Israel, no solo su poder libertador sino su gran amor
y cuidado.
Me impresiona la
declaración “Nunca se apartó de delante
del pueblo la columna…” (Ex.13:22). Cerca de cinco millones de personas
caminando de lo más normal por medio del desierto, bajo la sombra de una
inmensa nube. Esto era realmente un hecho increíble. Y no solo eso, sino que de
noche, cuando mucha gente podía morir a causa del viento y el frío inclemente,
una columna de fuego los abrigaba y les daba seguridad de cualquier tipo de
peligro. La columna fuego simboliza la protección
de Dios por sus hijos siempre. El
salmista diría: “Aunque ande en valle de
sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” (Sal.23:4).
El desierto es sinónimo de muerte y peligro, pero con Dios se convirtió en
un hogar para el pueblo de Dios. Un lugar de aprendizaje antes de entrar a la
tierra prometida. Antes de partir al
cielo, Jesús les dijo a sus discípulos: “y
he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”
(Mat. 28:20). Todos los días… puedes tener la seguridad de que es así, por las
noches y durante el día…en medio del calor y el frío, es la sombra y el abrigo,
es YHWH SHAMÁ, es Jehová Protector.
Dios no solo te
libertó de Egipto. No te abandonó a tu suerte. Jamás. Dios es un Dios
protector, te cuida, te acompaña y guía todos los días en tu camino rumbo a
Canaán… celestial. Debes estar seguro de ello. Esto es real. Sin embargo,
penosamente, muchos olvidan esta verdad sublime, olvidan que Dios los protege…
El pueblo de Israel, a pesar de ver cada día y noche la compañía de Dios a
través la columna de nube y fuego, renegaba de Dios, eran rebeldes y
desobedientes. ¿Somos diferentes nosotros? ¿Eres agradecido del cuidado de Dios
por ti? Muchos de los israelitas dudaban del cuidado de Dios a pesar de ver
todos los días milagros.
La vida cristiana
no es fácil, así como no es fácil vivir en medio del desierto. Pero es posible
cuando Dios te guía y acompaña, protege y cuida todos los días… no solo el
sábado, sino toooodos los días. ¡Qué maravillosa promesa! No te sacó de Egipto
para que mueras en el desierto de la vida,
te sacó de Egipto para que vayas a Canaán, al Cielo.
Hoy es un nuevo
día. ¿Ya le has dado gracias a Dios por sus cuidados diarios? ¿Cómo te cuida
Dios? Estás vivo. Muchos ya no están entre nosotros, pero tú sigues caminando,
ese es un milagro. ¿Te parece poco? Cada latido tu corazón es un milagro de vida.
¿Tienes trabajo, alimentos, salud, una familia, un ministerio? No es obra tuya.
Es la obra de Dios cuidando tu vida. Cada vez que sientas que soledad,
depresión y hasta dudas… coloca la palma de tu mano sobre tu pecho, cerca de tu
corazón y escucha el latido de tu corazón diciendo: Gracias Dios, Gracias Dios,
Gracias Dios…
Buen día!
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¡Dios te bendiga mucho!
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