“Jehová
dijo a Moisés: Una plaga traeré aún sobre
Faraón y sobre Egipto, después de la cual él os dejará ir de aquí; y seguramente
os echará de aquí del todo” (Éxodo 11:1).
Cada amanecer es una
nueva oportunidad, un nuevo comienzo; un nuevo día es sinónimo de que aún hay
tiempo para hacer mejor las cosas y caminar como Dios quiere. Dios le dio
muchas oportunidades a Faraón, y él no hizo caso.
Dicen que los hijos
esperan enterrar a sus padres, pero ningún padre espera enterrar a su hijo.
Faraón experimentó en carne propia lo que significa sufrir por la muerte de un
hijo. Los israelitas lo habían sufrido también (Ex.1:15, 16), y el mismo Moisés
pudo haber muerte en ese decreto mortal (Ex. 2:1-4). Ahora el Faraón,
entendería lo terrible que resulta ver morir a tu hijo. Y es que las nueve
primeras plagas afectaron cosas
secundarias para el Faraón. Imagino al monarca egipcio, diciendo con mente
positiva: “Todo lo perdido se puede
superar. Con dinero se compra todo, vamos a empezar de cero”. No obstante,
la última plaga afectaría a la familia. Afectaría a su primogénito, su hijo más
amado. Es por ello que Dios sabía que, con la décima plaga, el Faraón no solo
dejaría salir al Pueblo israelita, sino que los echaría de en medio de Egipto.
El Faraón demostró su
decadencia moral y espiritual gradualmente. Desde la séptima plaga: (1) “Negoció”
(8:20-32); (2) “Se resistió” (9:1–12); 3) “Engañó” (9:13-35); 4) “Apeló” (10:1-20)
y 5) “Amenazó” (10:21-29). El endurecimiento del corazón de Faraón es una
advertencia para todos nosotros. Si el corazón del hombre pecador no responde
por fe a la Palabra de Dios, no puede ser transformado por la gracia de Dios
(Ez. 36:26-27; Hebreos 8:7-13). En cambio, entre más se resista a la verdad de
Dios, se endurecerá más y más. Tenemos que prestar atención a lo que Dios nos
ha dicho. El Faraón pudo evitar sufrir la muerte de su primogénito, pero no.
¿Por qué esperar a
sufrir dolor y pérdida de un ser amado para reconocer a Dios? ¿Es necesario pasar
lamentables y tristes momentos todavía para ir a los pies de Jesús? ¿Es tan
fuerte tu orgullo para reconocer que solo en Dios hay paz y esperanza? ¿Qué
estás esperando perder para ir a los pies de Jesús? ¿Cuántas oportunidades te
ha dado Dios? Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete… Hoy es día de ir a
Dios y reconocerlo como tal. Ni el dinero, ni tu cargo, ni tu fama sirven
contra la muerte. Tú sabes que nada ni nadie puede contra la muerte… el ser
humano puede comprarlo “todo”, pero no la “vida”. La vida solo la da Cristo,
Dios… no hay vida fuera de él.
Hoy es nuevo día.
¿Cuántas oportunidades rechazaste? ¿Uno, dos, tres, cuatro….? Estoy seguro que
muchas más que el Faraón… Hoy es un nuevo día, y es sinónimo de que Dios te da
una nueva oportunidad, no la desperdicies.
Buen día!
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¡Dios te bendiga mucho!
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