“He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te
guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado” (Éxodo
23:20).
En tu caminata hacia Canaán no
estás solo. Puedes estar en medio del desierto, pero si te fijas bien, si
reflexiones en tu vida, notarás que “una columna de fuego por las noches te
abrigan; y una nube en el día te da sombra. No es fácil, es cierto, pero debes
recordar que Cristo dijo: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta
el fin del mundo” (Mat.28:20). No es poesía, es realidad. Solo debes ser capaz
de aceptarlo, vivirlo por fe.
Cristo
va delante de ti
La palabra Mal’ak, “ángel”, significa “mensajero”. Cristo es el mensajero por
excelencia. Vino a éste mundo trayendo un mensaje vivo, Él era el Mensajero del
cielo, y era el mismo Mensaje a la vez (Jn.3:16). Pero no es un mensajero
pasivo, es un mensajero protector, es Yhwh
–nissi “Jehová es mi bandera, estandarte, baluarte” (Ex.17:15), Cristo va
delante de tu vida. No estás solo, Cristo va delante de ti. Y si Cristo va
contigo, ¿quién podrá hacerte frente? (Rom. 8:31).
Cristo
de cuida en el camino
El camino rumbo a Canaán, a la
tierra prometida era un camino peligroso. Geográficamente era desértico,
accidentado y con muchos pueblos agresivos y celosos. El pueblo de Israel era
un pueblo de gente de agricultores, pastores, esclavos, mujeres y niños… No había
guerreros, soldados listos para dar batalla. Estaban como “ovejas en medio de
lobos” (Mat.10:16). Y es que es la realidad. Estamos en medio de una tierra
peligrosa. Vivimos en un mundo lleno de maldad, la inseguridad es terrible.
¿Quién podrá defendernos? Solo Cristo Jesús, el Único que venció el enemigo es
capaz de vencer a toooodos los enemigos dela vida. Satanás quiere impedir que llegues
a Canaán, pero no estás solo, Cristo va delante de ti.
Cristo
te llevará al Hogar preparado
Una vez más te recuerdo. Este
mundo no es tu hogar. Hay un lugar que Dios ha preparado. Ya lo dijo el mismo
Jesús: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo
hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros” (Jn.14:2). Cristo nos
llevará a ese hogar que Él mismo ha preparado: La Canaán celestial. Somos
peregrinos en este mundo, nuestro destino es el Cielo, es Canaán.
En la caminata hacia la tierra prometida no
estamos solos. Y es que sería imposible humanamente hablando que más de dos
millones de personas puedan vivir cuarenta años en el desierto, esto no es
lógico ni posible. Lo que hizo posible esto, fue Cristo que iba delante, cuidándolos
y finalmente, introduciéndolos en Canaán. No estás solo, Jesús va delante de
ti, y cuando Cristo va delante de ti, tus caminos son diferentes.
Buen día!
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¡Dios te bendiga mucho!
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