“Respondió Moisés al Faraón - Dígnate indicarme
cuándo debo orar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas se
aparten de ti y de tus casas, y queden solamente en el río. - Mañana – dijo él”
(Éxodo 9, 10).
Hoy puede ser el último día
de tu vida. No es una amenaza, es una realidad. ¿Quién te asegura que mañana
estarás vivo? La vida es un don. El hoy es un regalo, por eso se llama presente. Si tú
llegas a entender que debemos vivir un día a la vez, vivir el presente que Dios
te ha regalado, tomarás mejores decisiones.
El faraón experimentó en
carne propia, lo terrible que resulta desobedecer a Dios. Nadie puede salir
ileso desobedeciendo la Palabra de Dios. Dios le dijo que deje salir a su
pueblo, pero Faraón, motivado por su orgullo, su reputación simplemente hacía
caso omiso a la Palabra de Dios. Después de sufrir por siete días la plaga de
sangre en cada gota de agua, y viendo que Dios es el único que puede quitar el “problema”,
una vez más se reúsa. Ahora, Dios envía ranas. Ranas por todos lados. Faraón,
que ya sabe que Dios es el único que puede quitar, y entiende que Moisés y
Aarón son sus portavoces les pide que por favor oren a Dios con el objetivo de
quitar las ranas. Sin embargo, ante la pregunta de Moisés, ¿cuándo quieres que
ore? Faraón, loca e inexplicablemente, responde: ¡Mañana!
Faraón sabía cómo operaba
Dios. En pocos días había llegado a conocer a Dios mucho como para perderse, y
poco como para salvarse. Primero, sabía que los problemas vienen por su
desobediencia. Segundo, sabía que por su terquedad y orgullo afectaba con las
plagas a su familia y pueblo. Tercero, sabía del poder de la oración, que solo
Dios podía darle solución al problema. Y cuarto, sabía que Dios no obliga, la
decisión es personal.
Y es que no se necesita
mucho tiempo para llegar a conocer a Dios. Es simple. La vida cristiana es
sencilla. Cosechas lo que siembras (Gal.6:7), tu desobediencia puede causar
dolor a los que te rodean, a los que amas (Gen.3), pero solo Dios, únicamente
el poder de Dios puede librarte de todo mal, puede sacar las ranas de tu vida.
Sin embargo, hay un detalle: Dios no puede obligarte a nada. Faraón dijo: Las ranas
son malas, no me gustan, causan malestar, hacen daño a mi gente, pero no son
taaaaan malas, una noche más, un día más no estaría mal. Podría haber dicho: “si
soporté un tiempo, una noche más, un día más no creo que sea tan fatal”. Muchas veces he escuchado decir: "Mañana pastor", "la próxima semana", "para el siguiente bautismo", "después de mi graduación", "cuando termine pagar mi deuda", "cuando vuelva de viaje"... en fin, todos ellos saben que la decisión es hoy, pero por varias razones postergan sus decisiones.
¿Cuáles son las ranas de tu
vida? ¿Qué ranas están dañando tu vida, tu hogar, tu familia? Dios quiere
librarte de esas ranas hoy mismo, esas ranas pueden ser tu carácter, algún
vicio, una enfermedad, un problema económico, un problema familiar, con tu esposa e hijos, la depresión, etc. No estás obligado
a tener ranas más tiempo en tu vida, Dios puede quitarlas hoy. Tú lo sabes,
sabes que Dios puede hacerlo, ¿por qué esperar más tiempo? ¿por qué no dejas
que Dios las elimine hoy?
¿Quieres esperar hasta
mañana? Mañana no es seguro (Stg. 4:15). La decisión es hoy, mañana puede ser
tarde.
Buen día!
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¡Dios te bendiga mucho!
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