Leyendo el libro de Zacarías hemos podido notar que, mientras vivamos en esta tierra, experimentaremos todo tipo de situaciones, tales como injusticias, mentiras, explotaciones, abusos de parte de nuestros hermanos; y esclavitud, miseria, miedo, muerte y destrucción de parte de aquellos que no son del pueblo de Dios. Y todo ello muchas veces es consecuencia de nuestras mismas decisiones, de habernos apartado de la ley de Dios, de Su Palabra para ir en pos de falsos dioses, falsos maestros, falsos profetas, oyendo lo que queríamos y no lo que necesitábamos.
Si hacemos un análisis de nuestra vida, con frecuencia nos gustan más los aplausos, las palmadas, los elogios que los consejos y exhortaciones. Por tanto, no es más fácil aceptar las mentiras que la verdad. Ese era el problema del pueblo de Dios en la Biblia. Venía un profeta verdadero y lo rechazaban, insultaban, lo golpeaban y hasta en algunos casos los mataban. Pero venía un falso profeta y lo recibían con alegría, le daban honor, y palmas, ¿por qué? Porque los falsos profetas les apoyaban su vida corrupta y conformista.
Ante todo esto, el texto de hoy finaliza diciendo: “He aquí, el día de Jehová viene” (Zacarías 14:1). ¡Jesús viene pronto! No hay mejor manera que terminar un mensaje: ¡CRISTO VIENE! ¡MARANATHA! Y es que la situación del pueblo de Judá antes y después del exilio pudo ser tormentosa, desesperante, incierta, sin embargo, lo maravilloso de todo es que hay esperanza, hay esperanza en Dios. Puede que seamos culpables, y seguro que sí, puede que tengamos bien merecido todo el sufrimiento que ahora pasamos, quizás; pero Dios te dice: “HE AQUÍ YO VENGO PRONTO”. No es Zacarías, es Dios mismo quien nos dice: “NO SE TURBE VUESTRO CORAZÓN, VENDRÉ OTRA VEZ” (Juan 14:1-3). No todo está perdido. ¡Hay esperanza!
¿Esta pandemia ha destruido tus planes, tus proyectos de vida, el negocio que pensabas emprender, el viaje que soñaste? Quizás está leyendo alguien que experimentó en carne propia este mal y ha perdido a un ser querido, debes tener la plena seguridad que aún hay esperanza en Cristo. ¡Jesús viene pronto!
Los cristianos del primer siglo era perseguidos a causa de su fe. Jamás fue fácil ser cristiano, jamás fue simple vivir en obediencia a Dios. Jamás fue fácil vivir en este mundo... pero los cristianos del primer siglo, al verse entre ellos, se saludaban: MARANATHA que significaba “Nuestro Señor viene” o “El Señor viene”. ¿Estás pasando por la situación más crítica de la vida? ¡EL SEÑOR VIENE! ¿Has perdido a ser querido y no has podido despedirte? ¡EL SEÑOR VIENE!
No imagino donde estás en este momento. Podemos estar pasando la situación más crítica que nos ha tocado vivir. El Covid 19 ha cambiado la vida de la humanidad. Una pandemia que ha cobrado la vida de miles. Jamás la historia de la humanidad vivió una situación así. Sin embargo, la Biblia dice que esta “peste” o enfermedad es solo el principio de dolores (Mateo 24:8), pero aún no es el fin. ¿A dónde ir? Esta enfermedad ha desnudado el poder, el dinero y la fama. Y es que ricos, pobres, educados, jóvenes y ancianos, personas de a pie y los encumbrados han sucumbido ante esta peste mundial.
El libro de Apocalipsis finaliza también en ese tenor: “¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro”. (Apoc. 22:7). La sexta bienaventuranza de Apocalipsis es extraordinaria: Se trata de la SEGUNDA VENIDA DE CRISTO. Esta es la mayor esperanza del cristianismo. No hay otra. Toda la esperanza de un cristiano se basa en esta promesa. ¡Jesús viene pronto! ¡Jesús viene en breve! ¡Maranatha, Cristo viene!
¡Feliz sábado!
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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