A la luz de Malaquías podemos notar cuán importante y trascendental es el papel del líder en el pueblo de Dios. Dicen que el 70% de éxito o fracaso de una empresa, iglesia o familia tiene que ver con liderazgo... el papel del líder es tan influyente que, aunque muchas veces no lo reconozcamos, puede ser de bendición o maldición en muchos aspectos.
Se esperaba que los sacerdotes, los líderes religiosos fueran hombres sinceros, honestos y sobre todo consagrados de todo corazón a Dios, se esperaba, pero no lo fueron. Muy por el contrario dice Malaquías: “Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos. Por tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley hacéis acepción de personas” (v.8-9). De estos dos versos podemos destacar algunos pensamientos:
- MÁS VOSOTROS OS HABÉIS APARTADO DEL CAMINO. Y sí, los líderes religiosos vivían a sus anchas, lejos del camino correcto. Su cuerpo estaba en el templo recién inaugurado, pero su corazón estaba lejos de Dios. Sin embargo, alguno podría decir: “la salvación es personal”, al fin y al cabo los sacerdotes eran líderes simplemente, ¿qué tanto escándalo? El tema es que ellos eran referentes del pueblo. La gente buscaba consejo en ellos, y ellos simplemente los guiaban mal, no solo en palabras mentirosas y adoración incorrecta, sino que con su ejemplo, los llevaban por el camino falso. Una vez más la importancia de un liderazgo que este sujeto al brazo poderoso de Cristo.
- POR LO TANTO HABÉIS HECHO TROPEZAR A MUCHOS. Un dicho antiguo dice: “tal es el cura, tal es la parroquia”. ¿Qué se puede esperar de un pueblo que tiene por líder a una persona con un corazón lejos de Dios? El problema es que así como en los tiempos de Malaquías mucha gente se perdía por seguir el ejemplo y las palabras de sus líderes corruptos, en la actualidad somos tentados a hacer lo mismo. Y esto, aunque puede ser una realidad, no nos libra de responsabilidad. Cada día, cada mañana, cada uno tiene acceso a la Biblia para recibir consejo oportuno y correcto de parte de Dios. Es cierto, los líderes influyen mucho, pero no determinan tu salvación o tu perdición. Influyen, pero no determinan. Tampoco podremos decir en el juicio: “yo me perdí por culpa de mi pastor, de mi anciano o de mi líder de grupo pequeño”. Cada uno dará cuentas.
Dios emitirá juicio a cada uno según la luz que hayamos conocido. Por eso dice al final de este capítulo: “Habéis hecho cansar a Jehová con vuestras palabras. Y decís: ¿En qué le hemos cansado? En que decís: Cualquiera que hace mal agrada a Jehová, y en los tales se complace; o si no, ¿dónde está el Dios de justicia?” (v.17). Dios es Justo, y es por eso que cada uno será juzgado en esa justicia maravillosa. Los líderes, los sacerdotes, el pueblo, tú y yo. Así que no pensemos que por no ser líderes, por no tener cargo de anciano, ministro, diácono, líder de jóvenes o de conquistadores estoy libre de culpa, no. Los líderes influyen pero no determinan tu salvación. ¿Amén?
¡Feliz día!
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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