La ley de Moisés solo hablaba de ayuno en el día de la expiación (Lev. 16), la fiesta judía más grande e importante en el sistema de ritos en el Santuario. Sin embargo los judíos, durante el exilio en Babilonia, habían instituido hasta cuatro ayunos:
- Lamento por la captura de Jerusalen (Jeremías 52:6-30). Se celebraba el día 17 del cuarto mes.
- Incendio de Jerusalén y destrucción del templo de Salomón (2 Reyes 25:2-10). Se celebraba el día 09 del quinto mes.
- Asesinato de Gedalías y masacre de 80 hombres (Jeremías 4:1-10). Se celebraba el día 03 del séptimo mes.
- Inicio del sitio de Nabucodonosor en contra de Jerusalén (2 Reyes 25:1). Se celebraba el día 01 del décimo mes.
Lógicamente no estaba mal ayunar. Por eso no hay ninguna indicación divina en contra de esas iniciativas. Cuando los israelitas estaban en Babilonia, y cada vez que se acordaban de estas fechas ayunaban. Así lo hicieron por 70 años. Anhelando volver a Jerusalén a servir a Dios como no lo hicieron antes. Sin embargo, ya en Jerusalén, al parecer se habían olvidado de ese deseo y vivían en desobediencia y robando, explotando a los más débiles, etc.
En ese contexto, Zacarías 7 destaca que una delegación llega y pregunta si ayunarán como lo habían hecho todos los años anteriores (vv.1-3). Pero no solo ayunarían sino que llorarían. Ante esto Dios les dice que, no han aprendido nada, que siguen teniendo la misma actitud antes de que Judá vaya al exilio. Porque antes de ir al exilio el pueblo era “bien religioso”, pero vivía tan lejanos a la Ley de Dios (vv.4-7). En cambio les dice: “Juzgad conforme a la verdad, y haced misericordia y piedad cada cual con su hermano; no oprimáis a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre; ni ninguno piense mal en su corazón contra su hermano” (vv.9-10).
En resumen, Dios les exhorta a ser obedientes, honestos, justos y solidarios con los más débiles, en vez de hacer ritos vacíos por mero formalismo. Llorar sin sentido, “golpearse el pecho” después de haber humillado al pobre o explotado a las viudas y a los huérfanos. Es ese tipo de actitud que Jesús condenó: “Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran,
Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres” (Mateo 14:8, 9). Se inventan fechas y doctrinas para demostrar su religiosidad, espiritualidad cuando son un desgracia como personas.
El ayuno no era el problema. Algunos dicen que por esa razón no ayunan. No. Jesús jamás habló en contra del ayuno, sino en la actitud del que ayuna. Deberíamos ayunar, sí, pero si ayunas para que los demás te vean, o para disfrazar tu vida corrupta con acciones como el ayuno, es por demás. No sirve. Eso es lo que Dios rechaza y exhorta a ser obediente a Dios, Justo con los demás y honesto en todo acto; pues de lo contrario, vendrán las consecuencias.
Hoy es un nuevo día. Que este día sea de sincera adoración a Dios, más allá de un rito o ceremonia de hombre, busquemos ayudar, compartir y sobre todo ser obedientes a Dios y honestos con los demás. ¿Amén?
¡Feliz sábado!
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