“El dinero no me alcanza”, “me falta tiempo para termina”, “no logro ahorrar ni un centavo”, “trabajo y trabajo y no hay ganancias...” ¿por qué? ¿Qué suecede en mi vida? ¿Por qué trabajo las "25 horas" del día y gano como si trabajara una hora? El libro de Hageo tiene la respuesta. Y esto no es teología de la prosperidad tan predicada y enseñada en otras denominaciones religiosas. Hageo es el libro de la mayordomía cristiana. ¿Empezamos?
El libro de Hageo se escribió en un momento difícil del pueblo de Dios, según el contexto del libro esto ocurrió cuando volvieron del exilio en Babilonia. Debemos recordar que cuando el imperio Babilonio fue derrotado por Ciro el Grande, rey de los medos y persas, instituyó un política de conciliación religiosa con la nación vencida. Esa política de conciliación fue el motivo del decreto que permitía que los judíos vuelvan a Jerusalen y reconstruyan su templo.
"Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal, recibe jornal en saco roto. Así deice Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos" (Hag. 1:6-7).
Los judíos liderados por Zorobabel, gobernador de los exiliados y Josué, el sumo sacerdote, regresaron de Babilonia a Jerusalén con el objetivo de reedificar su templo, el cual fue destruído por los babilonios tal como lo había dicho Jehová a través de sus profetas. Sin embargo, tal parece que afanados por contruir primero sus casas y sus viñas se olvidaron del templo de Dios y dejaron que esté en ruinas. Ante esto, el profeta Hageo exhorta a los exiliados diciendo: "Meditad sobre vuestros caminos" (Hag.1:5 y 7). Su mensaje era lógico y sencillo, los judíos trabajaban las "25 horas del día" pero habían ganado poco, y sin duda no había beneficio alguno, ¿por qué? habían equivocado sus prioridades. No ponían en primer lugar al que debe estar en el primer lugar, y muy por el contrario, se habían concentrado en cosas secundarias, importantes, pero no primarias, y allí radicaba el error de sus vidas. Jesús les habría dicho: "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mt. 6:33).
Sucede lo mismo hoy, vamos por la vida concentrados en cosas materiales, buenas y no malas, pero dejamos las cosas de Dios en un segundo, tercer y hasta último plano. No es lo mejor. ¿Trabajas las "25 horas del día", "los 08 días de la semana", "los 32 días del mes" y "los 366 días del año" y ves que tus cuentas no crecen y las deudas sí? Pareciera que el dinero no alcanza, y muchas veces dices: "se va como agua entre las manos...", y es que es lógico y sencillo, no es la ecuación correcta. Lo correcto es poner a Dios en primer lugar y esperar en que Dios te dará todo, TODO lo que sabe que necesitas.
Dios usó a Hageo para exhortar los corazones de un pueblo materialista, preocupados en casas, tierras, bienes y alejados el proyecto mayor: la casa de Jehová, Su templo. ¿Es malo preocuparse en tener una mejor casa, bienes, etc? No. Casa, bienes, tierras, son cosas buenas, pero cuando ellas son mi prioridad y hacen que mi amor por las cosas de Dios pasen a un segundo o tercer plano entonces ya no son más una bendición sino una maldición... y es allí donde poco a poco, en mayor o menor grado siembras mucho y cosechas poco (Hag. 1:6).
Finalmente, hay algo que debe dejar en claro. El templo de Jehová era un símbolo de la presencia de Dios en medio de su pueblo (Ex. 25:8) y no era posible ser honrrado y adorado de esa manera. El templo estaba en ruinas, y esa era la imagen visible al mundo que el Señor y soberano de la tierra estaba en ruinas por culpa de su pueblo. ¿Podría el pueblo de Dios testificar al mundo entero del verdadero y único Dios y todo el plan de salvación teniendo un símbolo (templo) en ruinas y abandono?
¿Y nosotros? ¿Le estamos dando la prioridad a Dios en nuestras vidas? Muchas veces no encontramos bendición simplemente porque no hacemos la cosas en el orden correcto. Dios debe ser lo primero.
¡Feliz día!
Pr. Heyssen Cordero Maraví
No hay comentarios:
Publicar un comentario