“Y ella respondió: Concédeme un don; puesto que me has dado tierra del Neguev, dame también fuentes de aguas. Él entonces le dio las fuentes de arriba, y las de abajo” (Josué 15:19).
Esta es una historia de amor, como la mayoría de historias bíblicas, curiosas a más. Un buen padre busca lo mejor para sus hijas, al menos hacer lo posible para darle lo mejor. ¿No harías lo mismo? Tú sabes que tu hija es una buena muchacha, la has educado correctamente, le enseñaste el camino recto, y no quisieras que se case con un hombre que “no valga la pena”. Y no se trata de ser discriminadotes ni interesados, y de no creer en el amor, se trata de que amas tanto a tu hija que quisieras lo mejor para ella.
Caleb era un hombre valiente, esforzado y fiel a Dios. Su hija, había sido educada de la misma forma. ¿Con quién se casaría? Imagino a varios jóvenes intentando conquistar Acsa, quien ya estaba en edad para casarse.
Y Caleb, como un hijo de Dios, planificó dar a su hija en matrimonio a quien tomara Debir. Yo uso la palabra “planificar” porque no creo que Caleb no podía conquistar Debir. Estoy seguro de que Caleb podía conquistar ese pueblo, pero pensó que esta sería una ocasión ideal para ver quién estaba a su altura, como para poder casarse con su hija.
De este modo, Caleb prometió dar a su hija Acsa al hombre de fe que tomara Debir. El dar a sus hijas en matrimonio era una costumbre en aquella época (1 Samuel 17:25; 18:17). Quizás parezca complicado en el tiempo que vivimos, pero así era en los tiempos bíblicos. La Biblia dice que Otoniel, cuyo nombre significa fuerza de Dios, aceptó el reto y arriesgando su vida, cumplió la misión: CONQUISTÓ DEBIR.
Es probable que Otoniel ya tenía alguna atracción por Acsa, lo le dio valor para aceptar el reto. Como Caleb era hombre de palabra cumplió con Otoniel y entregó a su hija.
Caleb no se había equivocado. Desde el principio Otoniel demostró sabiduría y fe. No solo recibió las tierras en heredad sino que le dijo a su esposa que le pida a Caleb, su padre, también las fuentes de las aguas. ¿De qué sirve buenas tierras sin agua? Caleb, le dio las fuentes.
Otoniel llegó a ser el primer juez de Israel después de la muerte de Josué (Jueces 3:9-11), peleó por Israel para hacer retornar la paz a su pueblo. El legado de fidelidad de Caleb pasó a la próxima generación en manos de Otoniel
Otoniel es otro gran ejemplo de hombre que se encuentra en la Biblia. Un gran hombre pelea por el amor de su esposa, trabaja por su gente y es usado por Dios. ¿Qué te parece?
Si eres un padre, fiel y quieres lo mejor para tu hija, ora mucho, haz tu parte, y con la ayuda de Dios tendrás un buen yerno, o nuera.
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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