“Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo” (Deuteronomio 28:13).
Sin duda alguna, este versículo es uno de los más usados por los predicadores, conferencistas y demás, cuando se trata de motivar a alguien a la superación, a vivir una vida con propósito, o simplemente para animarlo a ser exitoso.
Hace muchos años, cuando era estudiante, un líder de colportaje dijo: “este equipo solo tiene gente según Deuteronomio 28:13, ¡CABEZAS Y NO COLAS! ¿Amén? Yo les garantizo - dijo emocionado - que nadie será cola. Este equipo es de puras cabezas”. Y todo el equipo respondió con un fuerte “¡amén!”. Me quedé pensado (yo siempre con mi pensamiento analítico): si todos son cabezas en este equipo y no hay colas. Quiere decir que todos tendrían que estar en primer lugar. Nadie tendría que estar ni en segundo, ni en tercer lugar. La campaña finalizó y solo hubieron cinco jóvenes que tuvieron buenas ventas (entre ellos, gracias a Dios, estaba su servidor). Los demás (21 en total) la pasaron mal. Rostros tristes y decepcionados. Me acerqué a animar a un grupo de jóvenes y una de las señoritas me dijo: “¿y donde está el equipo de cabezas? Nuestro líder fue más “charlatán”. Yo vine por ese discurso y al final, nada”.
Eso es lo que sucede cuando no se lee bien la Biblia. Cuando solo queremos leer lo que nos conviene. Cuando leemos solo una parte e ignoramos, u omitimos con intención o sin intención, la segunda parte del texto:
[1] Condición: “si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas” (v.13).
[2]Condición: “y si no te apartares de todas las palabras que yo te mando hoy, ni a diestra ni a siniestra, para ir tras dioses ajenos y servirles” (v.14).
Estas dos condiciones empiezan la palabra hebrea “raq” que es un adverbio condicional que indica “si solo si”, “pero”, “solamente”, simplemente”. ¿Qué quiere decir todo esto? DIOS TE PONDRÁ POR CABEZA Y NO POR COLA, “siempre en cuando, solamente, si solo si, simplemente” CUANDO OBEDECES LOS MANDAMIENTOS Y NO TE APARTAS DE LAS PALABRAS QUE DIOS TE DA PARA IR TRAS OTROS DIOSES”.
¿Queremos ser exitosos? ¿Queremos estar siempre en los primeros lugares? ¿Queremos que Dios nos ponga siempre como cabezas y no como colas? La dinámica es sencilla:
1. OBEDECE LOS MANDAMIENTOS Y GUÁRDALOS.
2. NO TE APARTES DE LA PALABRA DE DIOS PARA IR A SERVIR A OTROS DIOSES.
Con el apogeo de las denominaciones cristianas light, ese bosque espeso de Iglesias carismáticas de corte “mensajes positivos”, donde la teología de la prosperidad es pan de cada día, generalmente nos muestran a Dios como un especial de “papá Noel”, que regala y quiere regalar a todo mundo. O que solo tienes que dar tus diezmos y ofrendas cuantiosas para recibir bendiciones cuantiosas… y si quieres poco, pues da poco. Todas estas ideas han desvirtuado el principio de bendición bíblica. A lo largo de la Biblia la bendición es por gracia en respuesta a la vida obediente del ser humano, así de sencillo.
Serás bendecido, si obedecieres a Dios. Ese es la temática del capítulo 28 de Deuteronomio y de todas las Escrituras. Pero aún esto, no es un intercambio para ser bendecido por Dios. No es que yo soy obediente para pasar por “caja de Dios” y “cobrar” bendiciones. Las bendiciones son gracia de Dios, son regalos de Dios.
Entonces, viene una pregunta recurrente: “y cómo hay gente que es mala, desobediente y perversa y tienen más que los obedientes a Dios”. Eso también le preocupaba a David: “Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos” (Salmo 73:3). Algunos dicen: “a ellos los bendice el diablo”. No. Recuerda que Dios hace llover sobre buenos y malos, el sol sale para todos (Mateo 4:45).
No te angusties si las cosas no salen como pensabas. Si estás haciendo bien las cosas, dile a Dios. Si tú estás haciendo las cosas conforme a la Palabra de Dios, no desesperes, Dios lo hará. Recuerda, la bendición más grande de Dios para sus hijos es paz en medio de la tormenta. No es la plata, no es nada de eso, es PAZ, para que vivas en medio de cualquier circunstancia, en escasez o en abundancia:
“Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Romanos 15:13).
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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