“Y sucedió que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero, el día primero del mes, las aguas se secaron sobre la tierra; y quitó Noé la cubierta del arca, y miró, y he aquí que la faz de la tierra estaba seca en el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra” (Génesis 8:13, 14).
El arca que Dios usó para salvar a Noé y su familia es conocida como "el arca de Noé". Sin embargo, lo que a veces olvidamos es que esa "arca" por sí sola era solo una simple construcción de madera, Y olvidamos con frecuencia que estuvo un año y diez días (según el calendario lunar de 360 días) sobre las aguas después haber soportado 40 días y 40 noches de una evento catastrófico nunca antes visto y jamás repetido.
La pregunta que queremos responder es, ¿era el arca de Noé o el Arca de Dios? Sin duda alguna era el Arca de Dios. Construida y formada por hombres débiles, pero guiada y protegida por un Dios Todopoderoso y lleno de amor.
Aquella Arca era sencilla, rústica y débil, pero es lo que Dios usó para salvar a la humanidad. Y es que las formas en que obra Dios son extraordinarias.
¿Recuerdas cómo usó una arquitos o canasta pequeña de juncos para salvar a Moises en el río Nilo? No fue la arquilla de Moises, fue la mano de Dios.
Esto me recuerda a la Iglesia, tan debilitada e imperfecta con líderes como tú y yo, con miembros ásperos y con defectos; pero dirigida y guiada por Jesús, el capitán.
No importan las tempestades, las tormentas, solo debemos recordar que Dios dirige "nuestra iglesia" que en realidad es Su iglesia.
Hoy es un buen día para recordar cuán gran Dios tenemos. Un día para alabar su nombre por siempre y ora siempre.
Un buen día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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