Abram fue llamado por Dios para ser bendición. La Biblia dice: "y serán benditas en ti todas las familias de la tierra" (Gn.12:3). Dios permitió que una hambruna en todo el mundo, sirva para que su representante (Abram), vaya a Egipto a cumplir una obra especial, ¿a evangelizar? ¡Por supuesto! Abram sería una bendición en Egipto. Esa era su misión. No obstante, el temor, duda y desconfianza del hombre de Dios hicieron que mienta sobre Sarai, su esposa y en vez de ser bendición se convirtió en maldición. Dios tiene una misión para ti, cuidado.
Abram mintió, y cuando uno vive mentiras, siempre, tarde o temprano la verdad saldrá a la luz. Por temor a morir y perder las "bendiciones" de Egipto mintió. El faraón, creyendo que Abram era el "futuro cuñado" le regaló ovejas, vacas, asnos, siervos, criadas, asnas y camellos (Gn. 12:16). El profeta de Dios no podía creerlo. A pesar de su mentira, aparentemente Dios lo bendecía. Muchas veces solemos creer que Dios aprueba nuestras acciones, a pesar de ser erradas, porque nos va bien en el trabajo, en el negocio, en los estudios, etc. No, el que nos vaya bien materialmente, incluso emocionalmente no es sinónimo de bendición, sino de misericordia. No le puedes llamar bendición de Dios a situaciones que vienen por consecuencia de un pecado o de errores claros.
"La mentira no resultó tan mala" - imagino diciendo a Abram - "¡Qué bueno es Dios!". Sin embargo, Dios trajo plagas terribles a la casa de Faraón y él entendió que era por causa de Abram y Sarai. Triste cuadro. Un profeta, un evangelista mentiroso, convenido... ¿Alguna vez hemos actuado como Abram? Por temor a ser rechazados con un mensaje de Dios por nuestra condición social, económica, no lo sé, hemos mentido y actuado como Abram? Gracias a Dios tenemos un Dios maravilloso que interviene en el momento exacto. No permite que ocurra una desgracia más grande. Y así fue.
¡Cuánta deshonra sobreviene a la causa de Dios cuando sus representantes, como resultado de su conducta desacertada y vergonzosa, traen sobre sí mismos un reproche bien merecido de los hombres del mundo! (CBA, p.1:312). El Faraón es muy duro con Abram al decirle: " Ahora, pues, he aquí tu mujer; tómala y vete" (Gn. 12:19). ¡Vete! Suena duro para un evangelista. Vete. Me has traído maldición. El hombre que fue llamado para ser bendición se convirtió en maldición.
Hoy es un nuevo día. No olvides que fuiste llamado para ser bendición. Fuimos llamados para ser bendición en donde estemos. Bendición en nuestra familia, en el trabajo, en el centro de estudios, etc. Tenemos una gran misión. No la desperdiciemos. La gente espera un mensaje verdadero, real, de esperanza. Hagamos las cosas bien, sin mentiras, sin temores ni miedos, hagámoslo en el nombre de Jesús.
¡Buen día!
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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