"Estas son las generaciones de Esaú, el cual es Edom" (Génesis 36:1).
Llegamos a un capítulo que resulta un poco pesado para no pocos, pero con oración, podemos entender una vez más que, toda escritura es inspirada y útil (2Tim. 3:16). A continuación veremos algunas lecciones:
En primer lugar, Edom. Esaú es identificado como "Edom" cinco veces (versos 1, 8, 9, 19, 43). Según Génesis 25:30 Esaú llegó a ser llamado Edom por el guiso rojo que cocinó Jacob, con el que perdió su primogenitura. No obstante, si leemos la Biblia cuidadosamente, veremos que Edom (descendientes de Esaú) llegó a ser enemigo del pueblo de Dios. El profeta Abdías escribió todo un libro contra Edom, por su actitud burlona y cruel ante Israel. Edom se regocijó cuando Israel fue saqueada e incluso participó en ella. Era un pueblo orgulloso, y Dios declara Su odio por Edom (Mal. 1: 3-4) y se compromete a derribarlo irreparablemente y para siempre.
En segundo lugar, Las esposas. Esaú se casó con mujeres cananeas, y sus hijos se casaron con cananeas. Su primera esposa (Ada) tuvo un hijo llamado Elifaz que se casó Timna, la hija de Seir el Hori. Timna fue la madre de Amalec (v.12, 22). Su segunda esposa (Aholibama) era la sobrina de Timna (versión 2, 25) y la nieta de Seir. Esto está en contraste con Abraham, Isaac y Jacob, que no se casaron con mujeres cananeas, y se negaron a mezclarse con el resto del mundo. Su tercera esposa tuvo un hijo llamado Zera (v.13) que pudo haber sido el padre de Jobab que era un rey en Edom (v.33). Lo leído es interesante porque destaca la obra de Esaú y la obra de sus hijos en el plano familiar. Padre que considera el yugo desigual como un asunto sin importante, tiene hijos de igual pensar. Si no tuvieron esposas israelitas, ¿cómo tendrían hijos temerosos de Dios?
En tercer lugar, Canaán. Si bien era cierto que Canaán era la tierra prometida, no obstante, el pueblo de Dios debía vivir de manera diferente. Esaú también era hijo de la promesa, Rebeca su madre e Isaac su padre oraron a Dios y Dios les respondió: Esaú y Jacob. Los dos hijos fueron educados conforme a la voluntad de Dios, pero ambos fueron diferentes. Esaú despreció su bendición como primogénito. Le gustaba la vida secular, la vida lejos de Dios y su voluntad.
Una vez más podemos ver que la actitud que tengamos hoy, tendrá consecuencias mañana. Moisés registró la Palabra de Dios: "A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia"(Deuteronomio 30:19). La última parte del verso dice: escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia. Tú y tu descendencia. Cuando tú decides hoy, también lo haces para tu descendencia, para tus hijos.
¿Qué tipo de descendencia estás construyendo?¿Quisieras hijos que amen a Dios o enemigos de Dios y de su pueblo? No decides solo para ti, decides también para vidas futuras. Si eres joven piensa bien con quién te casarás. No te unas a alguien con quien no serás feliz, tú ni tus hijos. Y finalmente, estamos en el mundo, pero no somos del mundo. Vivamos como israelitas, aunque estemos entre cananeos.
Buen día!
Pr. Heyssen Cordero Maraví
Si deseas recibir Mensajes de Esperanza cada día, únete a nuestro grupo de WhatsApp https://chat.whatsapp.com/Bj8AV5Sthtj6hNjdM0ujKG
#rpSp #MensajesDeEsperanza #PrimeroDios
No hay comentarios:
Publicar un comentario