“Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos: Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra” (Génesis 9:12, 13).
Cuando Noé y su familia salieron del arca, habían pasado exactamente un año y diez días. En esa ocasión Dios hizo dos cosas: (1) Bendijo a Noé y a su familia, y (2) realizó un pacto con ellos. Bendición y pacto.
¿Qué es una bendición? Del hebreo berakah implica garantizarle protección, prosperidad y seguridad. Las bendiciones eran generalmente de un padre a un hijo o de Dios a su pueblo. Noé y su familia fueron bendecidos por Dios "Bendijo Dios a Noé y a sus hijos y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra" (Gn.9:1). Así como le dijo a Adán y a Eva, los bendijo y les dijo que se multipliquen, Dios les dice ahora a Noé y su familia.
¿Qué es un pacto? Del hebreo Berit tiene que ver con una alianza o acuerdo entre dos partes, donde ambos deben cumplir ciertas pautas a fin de que el pacto dure. Un pacto era realizado generalmente entre una parte más fuerte que el otro. Un pueblo fuerte que protegería al pueblo débil y éste pueblo débil debía ofrecer algunos servicios. Dios dijo: "He aquí yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros [...] Esta será la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos" (Gn.9:9,11). Para probar ese pacto Dios dio una señal visible, un arco (conocido como arcoiris).
Es interesante notar que siempre que Dios hace un pacto con el hombre, el hombre siempre falla. Todos los hombres de la tierra fallaron el pacto con Dios. ¿Quién es el más beneficiado en un pacto con Dios? El hombre, ¿Y quién es el más "perjudicado"? Dios. Pues Dios siempre cumple, pero el hombre siempre falla.
Noé y su familia iniciarían una nueva etapa en la historia de la humanidad, pero para ello debían recibir la BENDICIÓN de Dios y hacer un PACTO con Dios. En estos puntos, el hombre siempre era el más beneficiado porque Dios quiere la felicidad de sus hijos. El problema jamás fue Dios, el problema siempre fue el hombre con sus rebeldías y flaquezas. El hombre falla y así se destruye... Y Noé no fue la excepción, se embriagó y pecó. Uno de sus hijos hizo una aberración. El hombre siempre falla en un pacto, Dios no.
Hoy es un nuevo día, tienes una nueva oportunidad para escribir una nueva historia, Dios quiere BENDECIRTE y HACER UN PACTO... ¿qué tal? Yo quiero que Dios me bendiga y haga una vez más un PACTO, una alianza conmigo.
¡Un buen día!
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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