“Y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios" (Génesis 41:38).
De las celdas egipcias, al palacio real. Parece fácil, no lo fue. José pasó, injustamente un tiempo en la carcel, y todo ello lo preparó para llegar a donde lo vemos hoy. En la casa de Potifar, José, era el mayordomo de la casa y administrador de sus bienes (Gn.39:4). En la cárcel, José, fue el siervo del capitán de la guardia. ¿Quieres ocupar puestos honorables? ¿Quieres tener un cargo de mayor responsabilidad? Aprende a ocupar puestos pequeños con éxito, como José, y estarás listo para cuando Dios te de la oportunidad. Si no aprendes a ser fiel a Dios en lo poco, en lo mucho jamás lo harás (cf. Lc.16:10). La pregunta es: ¿cómo llegar a tener una vida?
Todo lo que José hacía en la casa de Potifar era prosperado en gran manera (Gn.39:2,3), hasta en la cárcel, José fue una verdadera bendición. Y es que José jamás olvidó quién era, él era un hijo de Dios. La persona que olvida quién es, olvida a dónde va. De ser un esclavo, de la noche a la mañana (literalmente), se convirtió en gobernador de Egipto. ¿Porqué? La Biblia dice la razón: Faraón vio a José como un hombre dirigido por Dios.
José le dijo a Faraón que escoja a un hombre "prudente" y "sabio" para que se encargue de todo el proyecto/plan (Gn.41:33). Prudente en tiempos de abundancia, y sabio en tiempos de escasez. Mientras José hablaba, el Faraón hacía una búsqueda mental entre todos sus siervos, sus consejeros y administradores... No había alguien que fuera capaz de ser "prudente" y "sabio", esas cosas no se heredan, no se compran ni venden; eso viene solo de los dioses (la palabra que se utiliza es elohim y puede ser traducido también como "dioses", entendiendo que el Faraón era idólatra), o de Dios (el único y verdadero, según el escritor bíblico, Moisés). Y así, el Faraón, no encontró a otro hombre, sino a José, un hombre sabio y prudente, como el de la parábola de los cimientos (Mt.7:24) que construyó su casa sobre la roca.
Elena G. de White dice: "Desde el calabozo, José fue exaltado a la posición de gobernante de toda la tierra de Egipto; sin embargo, estaba lleno de dificultades y riesgos [...] Pero el carácter de José soportó las pruebas de la adversidad y de la prosperidad. Manifestó en el palacio de Faraón la misma fidelidad hacia Dios que había demostrado en su celda de prisionero" (Patriarcas y profetas, p. 222). Tampoco lleguemos a creer que las cosas para José fueron sencillas, pero José, pudo salir victorioso por su carácter sometido a la voluntad divina.
Hoy es un nuevo día. Job 28:28 expresa lo siguiente: "He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, Y apartarse del mal, la inteligencia". ¿Nos preguntamos cómo llegó José a ser sabio? A través de su comunión con Dios y su vida santificada. Ser prudente y sabio es solo posible si Dios actúa en nuestras vidas, en nuestro carácter. Así, estaremos preparados para ir donde Dios mande.
¡Buen día!
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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