Todos los que leen la Biblia con diligencia llegan a la conclusión, entre varias cosas, que deben devolver a Dios el diezmo y las ofrendas de todo cuanto han recibido como bendición. Sin embargo, ¿por qué no todos llegan a devolver los diezmos y las ofrendas como indica la Palabra de Dios? La respuesta a esta pregunta puede ser muy fácil de responder, pero requiere una respuesta más profunda de lo que parece.
¿Por qué no hay obediencia en esa solicitud bíblica? Básicamente por dos razones: (1) por el egoísmo natural del ser humano, y (2) por la rebeldía que el ser humano abriga. No obstante, en ambos casos, se resume en una: NO RECONOCES QUIÉN ES DIOS.
David entendía muy bien quién era Dios. Para el Rey David, Dios era el Todopoderoso, el Rey de Reyes, lo más grande e imponente. Lo excelso y perfecto. Cuando el cristiano entiende que Dios es TODO, y que todo lo que existe y tenemos es de Dios, devolverá a Dios lo que le corresponde.
Cuando entendemos que TODO es de Dios, y que el ser humano es a penas, un colaborador, un cuidador y administrador, no tendrá “pena ni tristeza”, no le “dolerá” devolverle a Dios lo que le corresponde.
Imagina el siguiente cuadro:
Tú estás de lo más normal en tu casa, y alguien te da una maleta llena de dinero, y te dice: “cuídamelo por favor”. Luego de algunas horas o días, regresa y te dice: “dame el 10% de esa maleta, y quédate lo demás”, ¿tendrías pena o tristeza en entregarle el ese 10% de la maleta? ¡Al contrario! ¡Yo estaría más que feliz! Yo no tenía nada, pero ahora tengo el 90% de una maleta llena de dinero. ¡Esto es el diezmo! Todo es de Dios, y solo te pide el 10%.
Sin embargo, cuando está por salir de tu casa, voltea y te dice: “Hiciste un buen trabajo, has cuidado bien la maleta. Que esos 90% sean usados sabiamente”. ¿Qué harías tú? Antes no tenías nada, ahora tienes 90% de esa maleta. En gratitud, tú dices lo siguiente: “Señor, de este 90% yo quisiera entregar un 10% de la cantidad de la maleta inicial, es decir, llévate 10%”. ¡Esto es la ofrenda! El 90% ya te pertenecía, pero en gratitud, tú das 10% más. ¡Igual, te quedas con el 80% de la maleta!
¿Por qué tú darías hasta el 20% de la maleta sin ninguna tristeza ni pena? Porque no era tuya esa maleta, era de un señor, que te encargó y tú solo le devolviste lo que le pertenecía (10% de diezmo) y le añadiste un porcentaje más (ofrendas) como gratitud.
Esto es en resumen lo que dijo David:
“Bendito seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre, desde el siglo y hasta el siglo. Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre” (1 Crónicas 29:10-13).
Que podamos reconocer quién es Dios cada día en nuestras vidas. Dejemos que Dios sea Dios.
Que Dios te bendiga.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
Si deseas recibir Mensajes de Esperanza, únete a nuestro grupo de WhatsApp en el siguiente link 📲 https://chat.whatsapp.com/E1KNXwPwFxT7h93DfDHFb2
#MensajesDeEsperanza #PrimeroDios #rpSp
No hay comentarios:
Publicar un comentario