“Y Moisés llevó su causa delante de Jehová. Y Jehová respondió a Moisés, diciendo: Bien dicen las hijas de Zelofehad; les darás la posesión de una heredad entre los hermanos de su padre, y traspasarás la heredad de su padre a ellas” (Números 27:5-7).
Cada vez que leemos la Biblia somos bendecidos con lecciones que, sin duda alguna, nos ayudarán en nuestra caminata hacia Canaán Celestial. El capítulo de hoy tiene por lo menos dos partes:
1. La petición de las hijas de Zelofehad
2. Josué, el sucesor de Moisés
No obstante, me gustaría explayarme en la primera parte, con la petición que las hijas de Zelofehad le hacen a Moisés.
El caso que presentan las hijas de Zelofehad es un antecedente extraordinario de lo que actualmente se le conoce en las leyes civiles, sobre las leyes de heredad o herencia. La mayoría de constituciones políticas o cartas magnas pueden tener, en Números 27:1-11, sus orígenes. De este episodio bíblico puedo destacar por lo menos tres, lecciones:
1. LIDERAZGO ESPIRITUAL. Adolfo Hitler y José Stalin también fueron grandes líderes. Sin embargo, influyeron hacia el mal. Ellos movilizaron a millones de personas al cumplimento de sus propósitos personales, que tenían objetivos diabólicos. Sin embargo, Moisés nos enseña, que en los asuntos, grandes y pequeños debemos buscar la dirección de Dios. Moisés pidió dirección en el caso de las hijas de Zelofehad, no decidió solo. Buscó a Dios y pidió dirección. Allí radica la diferencia entre un líder espiritual y otro secular. Si estás a punto de decidir, busca consejo de Dios, no te apresures, ora Dios. Zelofehad encontró solución para su caso, y una solución extraordinaria, porque Moisés decidió según la voluntad de Dios.
2. IGUALDAD ANTE DIOS. La Biblia es tildada en muchos ámbitos como un libro machista, retrógrada, fuente del “patriarcado abusivo y opresor”. Nada más lejano a lo que la Biblia realmente es. La Biblia es un libro de libertad, de oportunidad, de amor y de igualdad. El caso que presentan las hijas de Zelofehad fue tomado en cuenta por Dios, y fue apoyado en su totalidad. Moisés no había repartido heredad para ellas porque eran mujeres. “Legalmente” hablando era así en la sociedad del Antiguo Cercano Oriente. Sin embargo, era injusto, y disparejo, y Dios se encarga de crear precedentes por el resto de la historia. Las mujeres y los hombres tendrían los mismos derechos de heredar. ¡Esa es la Biblia! Casi 5000 años atrás, la Biblia ya nos decía lo que hoy las cartas magnas de los países más desarrollados tienen como leyes vigentes. Dios ama a todos por igual, y juzga del mismo modo.
3. LOS PRINCIPIOS BÍBLICOS. Finalmente, la Biblia, aunque tienen casos, como el que leímos hoy, no es un libro de casos. Es un libro de principios, y esos principios perduran en el tiempo. La Biblia se erige como baluarte de la verdad, es la lámpara que ilumina el sendero oscuro, es la luz que disipa las tinieblas. Que la Biblia sea nuestra única regla de autoridad y fe. Al leer el caso de las hijas de Zelofehad podemos notar, que estos principios siguen vigentes hasta, y es esto lo que hace relevante la fe cristiana, que su libro es aplicable a todos los tiempos, a todos los lugares y a todos los corazones. ¿Amén?
Que Dios te bendiga grandemente. Alabamos a Dios por su Palabra, y nos comprometemos en leerla cada día, para que sean sus principios las que guíen nuestro caminar.
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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