“Y Josué dijo a los hijos de Israel: ¿Hasta cuándo seréis negligentes para venir a poseer la tierra que os ha dado Jehová el Dios de vuestros padres?” (Josué 18:3).
Qué triste es hambre y no tener qué comer; pero es más triste aún, tener hambre teniendo mucho alimento. ¿Cómo puede ser esto? ¿Cómo entender a alguien que sufre necesidades porque simplemente NO QUIERE tomar la solución? El mensaje de hoy tiene que ver con esto.
El pueblo de Israel ya debía estar viviendo y sembrando en Canaán. Sin embargo, había siete tribus que aún no tomaban Canaán. Estaban pasando habré, frío, calor, necesidades de descanso, etc. Imagino a ellos mirando a las demás tribus que ya estaban construyendo sus casas, desembalando sus mudanzas y hasta sembrando y tomando sol en su terraza. Pero ellos, de lejos, con el estómago vacío, con el sol insoportable, y con los pies adoloridos, esperaban que Dios haga un milagro: en un abrir y cerrar de ojos, ellos ya están en sus heredares. No, así no fue, no lo era ni lo sería.
Josué, viendo esta situación penosa los llama “negligentes”. ¿Por qué? Porque Dios ya les había dado la tierra de Canaán. Solo tenían que poseerla y listo. Así de simple y sencillo. Dios ya la ha dado. Ellos no tienen porqué seguir pasando hambre, frío ni más, sino que deben estar ya viviendo en sus casas propias pues Dios ya les ha entregado.
No tienes porqué seguir llorando ni sufriendo si Dios ya te ha dicho que Él puede. Solo tienes que creer, hacer tu parte y Dios hará todo lo demás. Dios NO HARÁ, lo que tú puedes hacer; pero Dios SÍ HARÁ lo que tú no puedes hacer.
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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