“En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía” (Jueces 17:6).
¿A dónde nos pueden llevar nuestras opiniones? Cuando vivimos movidos por nuestros pensamientos, creencias y opiniones personales, y no en la Palabra de Dios, no podemos imaginarnos qué tan lejos y tan bajo llegaremos. Micaía hizo su propio santuario de ídolos, colocó a su hijo de sacerdote e hizo todo lo que Dios había prohibido en las Escrituras.
Nuestras opiniones jamás serán la medida para hacer las cosas como Dios quiere. Cuando la Biblia no es nuestra fuente de autoridad y fe, haremos cosas “religiosas” que están muy lejanas a la Biblia. ¿Cómo podríamos entender que existen personas “religiosas” o “cristianas” que creen y enseñan que “Dios es amor” por lo tanto no hay varón y mujer, sino más “géneros”, y lo que importa es el amor? ¿Cómo podríamos entender que existen “cristianos” que no creen en el matrimonio” y tampoco en que debemos ser parte de una iglesia o “comunidad religiosa” para ser parte del pueblo e Dios? ¿Cómo entender qué hay “cristianos” que creen en la evolución y que la Biblia tiene que ser estudiada como un libro de mitos y leyendas con lecciones “buenas”? Estos son solo algunos ejemplos. Todo eso sucede cuando dejamos que sean nuestras opiniones, pensamientos y conclusiones las que guíen nuestras vidas. Así sucedía con Micaía.
Micaía es el claro reflejo de aquellos que han dejado la Biblia para seguir sus propias opiniones. Tristemente, alguno que lee este post podría pensar en que el Pr. Heyssen está volviendo “religioso”. Y esa palabra está tan satanizada que muchos creen que la palabra “religioso” es una palabra antónima al cristianismo, y no es así. Es que existen personas que viven en sus propias “opiniones” y si tú no eres como ellos quieren que seas, pues tú vives según la Palabra de Dios, entonces eres “religioso”. Si ser religioso es alguien practica las enseñanzas bíblicas, entonces sí soy religioso.
Dios quiere que vivamos un cristianismo bíblico, y no un cristianismo a que es guiado por opiniones personales, ideas de seres humanos con pre conceptos, pensamientos guiados por gustos personales o colectivos. No. Dios quiere que nuestro barómetro espiritual sea la Biblia, la Palabra de Dios.
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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